—¿De qué hablas, Joshua Templeman? —De Lucinda coqueteando con los mensajeros. Patético. |
—¿De qué hablas, Joshua Templeman? —De Lucinda coqueteando con los mensajeros. Patético. |
Nuestras miradas chocan frontalmente. Es posible que lo de comparar sus ojos con una mancha de tinta haya sido excesivo. Pero la verdad es que estos ojos son un derroche en un tipo como él.
|
No voy a volverme para mirar directamente, porque me pillará in fraganti. Siempre me pilla. Y entonces me ganaré una mirada ceñuda. |
Debería aclarar que el objetivo último de nuestros juegos es conseguir que el otro sonría, o se eche a llorar. O algo parecido. |
Yo prefiero sentarme con la gente y hablar las cosas cara a cara. Joshua, en cambio, funciona estrictamente por email. |
Los dos trabajamos deprisa y tenemos fama de resolutivos… Es decir, somos el tipo de empleado que termina las tareas pesadas y desagradables que los demás evitan a toda costa.
|
La segunda cosa y la más esencial que hay que saber de mí es esta: odio a Joshua Templeman. |
Estamos enzarzados en uno de nuestros juegos pueriles: un juego que no requiere palabras. Como todo lo que hacemos, es terriblemente inmaduro.
|
Tengo una teoría. Odiar a una persona se parece de forma inquietante a estar enamorado de ella." |
Necesito que todo este estrafalario planeta deje de girar sobre sí mismo para poder congelar este momento
|
¿Qué medida tomó el profesor Snape para proteger la Piedra Filosofal?