¿Puede haber mayor verdad? Entre lo que la mente sabe y lo que el corazón no logra aceptar, se abre un abimo imposible de rellenar.
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¿Puede haber mayor verdad? Entre lo que la mente sabe y lo que el corazón no logra aceptar, se abre un abimo imposible de rellenar.
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Las cosas viven en su verdad cuando tienen tiempo para madurar por dentro no cuando se les pone un nombre.
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Las mentiras son como un boomerang - fue tu respuesta - las lanzas, te olvidas y cuando menos te lo esperas dan la vuelta y te golpean en la nuca.
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La vida es demasiado complicada, basta con moverse un poco para hacerle daño a alguien.
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Lo no dicho crecía, era como si entre nosotros hubiese una finísima capa de hielo, cuyo grosor, semana tras semana, iba en aumento.
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Las huellas de tus pasiones siguen por doquier, paquetes de té de los que habrá por lo menos diez. Cojo al azar uno que es muy oscuro y tiene un sabor ahumado. Tenías la costumbre de dejar preparada por la noche la mesa para el desayuno del día siguiente. -- ¿Y eso para qué? - te pregunté poco después de mudarnos a la isla - Total, si apenas desayunamos un café y un té. -- Porque es un ejercicio de esperanza. -- ¿Qué tiene que ver la esperanza con las galletas y la mermelada? -- Tiene que ver con el día y la noche. Ante la oscuridad estamos desamparados, carecemos de certezas. Lo único que podemos hacer es esperar arribar de nuevo a la luz del día. Prepararse para la mañana siguiente significa invitarla a volver. Aquella observación tuya me impactó. Nunca había pensado en la noche como en un momento de extravío. Sabía utilizar un sextante, sabía leer las estrellas como si fueran un abecedario, era cierto que a veces había nubes, pero también estaba el viento que tarde o temprano las disipaba y las hacía desaparecer. Nunca había pensado en la oscuridad como en una entidad capaz de devorarnos. + Leer más |
¿De cuántas maneras distintas sopla el viento? ¿Cuánto silencio puede haber en una casa donde los únicos pasos que resuenan son los propios? Cuando estás navegando y el viento azota la embarcación, te envuelve de continuo con su ulular que solo varía en intensidad y aparte de tu voz únicamente hoy es el tintineo de todo lo que se mueve. Si en cambio es un viento fuerte el que se abate sobre la casa son las habitaciones las que hablan, el golpeteo de un postigo, el crujido de los marcos, ruidos de una vida que surgen donde menos te lo esperas y te bailan alrededor con la lealtad obsesiva de la memoria. ¿Qué es ese zumbido? ¿Será posible que se trate de la nevera? ¿Y esa especie de lamento siniestro? ¿Será de los goznes de la puerta del desván que llevas tanto tiempo sin engrasar? ¿O el canto monótono de un pájaro nocturno? Quizá el rechinar de los tablones del cuarto de al lado. Abres la puerta con mala cara y gritas ¿Quién es? Pero una vez más el único que te responde es el viento. ¿Los muertos habitan las casas o es solo nuestro miedo a habitarlas?
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¿Cuál es el nombre completo de la protagonista femenina en "Una corte de rosas y espinas"?