Anima mundi es la segunda novela de Susanna Tamaro. Como en el resto de sus novelas, la autora nos invita a reflexionar sobre la vida. La forma de escribir de Tamaro es claramente diferenciadora. Su prosa es sencilla, pero precisa, sensible y exquisita; por ello, requiere una lectura sosegada y, quieras o no, reflexiva. Si algo me gusta de su pluma es precisamente eso, las citas constantes que nos deja en sus páginas. de todas sus novelas extraigo algún aprendizaje y me quedo con alguna reflexión a la que recurre con cierta frecuencia mi subconsciente. A pesar de lo dicho, y de su calidad, no me ha parecido la mejor obra de la autora. La novela se estructura en tres grandes bloques (fuego, tierra y viento) que se dividen en capítulos. En ella somos testigos de la evolución de su protagonista: Walter, un adolescente al que vemos nacer, crecer y convertirse en un hombre. Algunos de los temas de la novela son el alcoholismo, la soledad y la muerte, pero también hay lugar para el amor, la esperanza y el perdón. En definitiva, la maestría narrativa de Susanna Tamaro es indiscutible y se manifiesta, una vez más, en Anima mundi (el alma del mundo). + Leer más |