He conocido hombres perversos y hombres tontos, muchos, y creo que todos ellos, al final, acaban pagando su culpa, pero los tontos son los primeros.
|
He conocido hombres perversos y hombres tontos, muchos, y creo que todos ellos, al final, acaban pagando su culpa, pero los tontos son los primeros.
|
Todo indicaba la bondad del suelo y del clima, y sin embargo, el edificio que se alzaba en el centro hería mi fantasía.
|
Me abandonó toda la ira que me quedaba y sólo me sentí enfermo, arrepentido, aturdido y sorprendido de mí mismo. Habría dado lo que fuera con tal de retirar lo que había dicho, pero ¿quién puede capturar una palabra una vez que la ha pronunciado?
|
...Por último, añadía que adjuntaba uno de los carteles en que se nos describía. Lo leímos con mucha curiosidad y no sin bastante temor, en parte porque era como verse uno en el espejo y en parte como mirar por el cañón del arma de un enemigo para juzgar si apuntaba bien. |
Hay dos cosas de las que no debiéramos nunca cansarnos: de la bondad y la humildad. No vemos mucho de eso en este duro mundo de gente fría y arrogante...
|
-...Hay muchos falsos y mentirosos que se sientan en las iglesias de nuestra parte del país y que pasan por ser buenas personas, cuando tal vez sean mucho peores que ese pobre infeliz equivocado que va por ahí derramando sangre, señor Balfour. Sí, ya le digo que podríamos aprender una lección de estas gentes.
|
Esperanza no tenía ninguna, sino tan sólo una negra desesperación y una especie de ira contra el mundo que me llevaban a querer vender mi vida al precio más caro que me fuera posible.
|
La oscuridad, en contraste con el destello, parecía haberse redoblado; y eso no era todo, ya que ahora inquietaban mis oídos y confundían mi mente una gran agitación de murciélagos en la parte superior de la torre , bestias inmundas que a veces volaban hacia abajo y me golpeaban en la cara y el cuerpo.
|
Hay dos cosas de la cuales no deben cansarse nunca los hombres: la bondad y la humildad. Ninguna de las dos es fácil de encontrar en este mundo cruel, entre tanta gente fría y orgullosa.
|
Hay dos cosas de las cuales no deben cansarse nunca los hombres: la bondad y la humildad...
|
¿En qué país nació Stevenson?