No somos la policía del dolor —señalaba de vez en cuando—. Estamos aquí para ayudarnos y apoyarnos los unos a los otros, no para juzgarnos. |
No somos la policía del dolor —señalaba de vez en cuando—. Estamos aquí para ayudarnos y apoyarnos los unos a los otros, no para juzgarnos. |
Ese era el problema de los niños, que se te clavan en el alma como una astilla bajo la uña, de esas que duele tanto arrancar.
|
El amor no es un objeto, una compra o una venta, sino un intercambio, un trueque, un regalo que das y recibes.
|
El tiempo es un fenómeno extraño. Es imposible definirlo, comprarlo o predecir el efecto que provocará en las personas. Algunas personas necesitan más, otras menos. Tómate todo el que necesites.
|
Lo cierto era que había muchas cosas peligrosas en la vida; nada estaba por completo exento de peligro.
|
Todos merecemos tener a buenas personas en nuestras vidas.
|
Las mareas de la vida habían arrastrado consigo personas, lugares y recuerdos queridos con excesiva rapidez.
|
Tragedias para dar y vender. La materia prima que construye y destruye vidas.
|
A cierta edad, todo el mundo cargaba con sus heridas y cicatrices, vidas que los habían lastimado o incluso roto. Nadie quedaba indemne.
|
En tu fuero interno, el riesgo tiene que merecer la pena para ti.
|
Gregorio Samsa es un ...