—[...] Ahora no te das cuenta, pero en veinte años te van a preguntar cómo empezaste y vos vas a decir que con una amiga, y de esa amiga no te olvidas más. —Tengo veintiséis años, querida. En veinte años voy a estar muerta. |
—[...] Ahora no te das cuenta, pero en veinte años te van a preguntar cómo empezaste y vos vas a decir que con una amiga, y de esa amiga no te olvidas más. —Tengo veintiséis años, querida. En veinte años voy a estar muerta. |
Y allí quedaría ella, frente al espejo, disfrazada de macho, mirándose a los ojos ensombrecidos, preguntándose en silencio cómo sería si hubiese nacido varón, con la sonrisa extinguiéndosele despacio, como el humo que queda en el aire después de que se apaga la llama de una vela.
|
Para alguien como yo, estar a salvo significaba bajarse de los tacos, sacarse el maquillaje, dejarse de joder con las faldas.
|
En menos de tres horas, la Lucy me dejó divina. Sergio se había ido completamente y ahí estaba yo, Ximena, muy diosa, con los bucles rubios cayéndome hasta debajo de los hombros y los labios rojos como los de la Blancanieves de Disney. Me miré al espejo y me hice ojito.
|
Soy pobre, pero honrada. Porque nadie dice “soy rico, pero honrado”, pero el pobre tiene que avisar que no afana, que no mata, que no pasa falopa.
|
¡Si la vergüenza la tienen los demás, no nosotras! ¿Por qué deberíamos aceptar la vida que ellos quieren para nosotras por no tolerar nuestra existencia?
|
A las nenas no se les pega, había dicho la señorita una vez, pero se ve que yo era parte de un grupo de nenas a las que sí se les podía pegar.
|
Manolito ...