La Chaco de
Juan Solá
En menos de tres horas, la Lucy me dejó divina. Sergio se había ido completamente y ahí estaba yo, Ximena, muy diosa, con los bucles rubios cayéndome hasta debajo de los hombros y los labios rojos como los de la Blancanieves de Disney. Me miré al espejo y me hice ojito.