A veces, mi señor, la fe necesita de los alicientes más insólitos para mantenerse viva.
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A veces, mi señor, la fe necesita de los alicientes más insólitos para mantenerse viva.
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Hay verdades que deben permanecer ocultas, porque la realidad a veces puede llevar a un desencanto mayor que el beneficio de conocerlas.
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Estás insinuando que nos inventemos unas reliquias que no existen? -A veces, mi señor -añadió tranquilo-, la fe necesita de los alicientes más insólitos para mantenerse viva. |
Pero la fe no tiene nada que ver con la certeza de las cosas: si pretendemos tener la evidencia sobre todo aquello en lo que pretendemos creer, ¿de qué nos serviría la fe? Para muchos, sus creencias son un bálsamo en su vida, un placebo necesario que les hace superar las dificultades de su existencia. ¿Por qué destruir algo que a tantos ayuda?
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El tiempo pasa inexorable, un tiempo al que nunca podremos vencer, un tiempo que pasa sobre nosotros, otorgandonos la vida primero para luego arrojarnos a la incertidumbre de la muerte.
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Es la Biblia de los no instruidos. Aprenden la Palabra de Dios a través de las piedras, gracias a las escenas que esculpimos con esmero, y te puedo asegurar que en cada uno de esos relieves siempre queda una parte del cantero que los trabaja.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?