Quedarse inmóvil como una estatua era una forma de engañar a un depredador.Pero Clay no era una bestia sin inteligencia.
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Quedarse inmóvil como una estatua era una forma de engañar a un depredador.Pero Clay no era una bestia sin inteligencia.
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Él frunció el ceño de forma hosca mientras comenzaba a desabotonarse la camisa. El corazón de Talin, que apenas había recuperado la calma, dio otro vuelco. —¿Qué haces? —Atacarte no. —Se volvió para arrojar la camisa a uno de los grandes cojines que hacían las veces de sofá—. Voy a correr. Prefiero que mi ropa no se desintegre cuando me transforme. —Ah. No pudo apartar los ojos de los flexibles músculos de su espalda. Clay siempre había sido fuerte, pero ahora… ahora podría partirla en dos como si fuera una ramita. Y sin embargo, aun pensando en eso, no podía dejar de admirar su belleza. Los dedos le hormigueaban y apretó los muslos. Deseaba alargar el brazo y seguir con los dedos el dibujo de aquel tatuaje en la parte superior del omóplato izquierdo, deseaba saborear… |
Media hora después Talin se miró el cuello en el espejo del cuarto de baño y frunció el ceño. —¿Por qué no te has limitado a morderme? —preguntó frotándose la marca que él le había dejado. —Eso he hecho. —Dándole una palmada en el trasero al que pasaba, a medio vestir con unos vaqueros y con el pelo mojado, la obsequió con una sonrisa impenitente—. ¿Quieres que lo haga otra vez? —Su mirada descendió por su cuerpo. Sonrojada, le empujó fuera del baño y continuó cepillándose el pelo húmedo. |
_________Cerditos