Era tóxico, veneno, e iba a matar todo lo bello que había en mi vida si se lo permitía. Él era la tormenta que acababa con las flores de mi cerezo.
|
Era tóxico, veneno, e iba a matar todo lo bello que había en mi vida si se lo permitía. Él era la tormenta que acababa con las flores de mi cerezo.
|
Mi abuela una vez me dijo que el amor y el odio son los mismos sentimientos experimentados bajo diferentes circunstancias.
|
El instituto All Saints estaba lleno de pecadores mimados que siempre habían vivido entre privilegios. Era un instituto en el que, si no te vestías y te comportabas de una forma determinada, te excluían. Rosie se había integrado mucho mejor que yo, gracias a Dios. Pero con mi acento del sur, mi estilo poco convencional y teniendo en cuenta que uno de los chicos más populares del instituto —Vicious Spencer— me odiaba a muerte, yo no encajaba allí.
|
Le encantaba burlarse de mí. Desde que nos habíamos encontrado por primera vez frente a su biblioteca dos meses atrás, no había perdido ocasión de recordarme que no estaba a su altura. No era lo bastante buena para su mansión. No era lo bastante buena para su escuela. No era lo bastante buena para su ciudad. |
No tenía ningún motivo para ser tan cruel; sin embargo, lo era con todo el mundo, y especialmente conmigo.
|
A ambos nos gustaba lo que veíamos. Pero me recordé que este hombre no mantenía relaciones. Solo destruía. Y una de las cosas que había destruido en el pasado había sido mi vida. |
Y yo aún era la hija de la criada que quería que la amara o la dejara en paz, pero que la dejara de torturar.
|
—Joder, entonces hazlo porque quieres. Ha sido un día muy largo. No lo decidas ahora mismo. Simplemente quédate aquí mientras trabajo y acostúmbrate a ver mi cara amargada otra vez. No trataré de sobornarte de nuevo. En cambio, te pediré que pienses lo que tú, Emilia, consideres justo. Porque sé que eres buena y sé que yo soy malo, pero, en el fondo, sospecho que compartimos exactamente el mismo código moral.
|
Lo estaba provocando, pero ya no me importaba. Sí, era un hombre difícil, pero ahora sabía que quizá había motivos para ello. No, nunca le perdonaría lo que me había hecho. Pero eso no significaba que no pudiera divertirme un poco con él mientras salía del agujero financiero en el que estaba. Lo mejor sería tomar todo cuanto me ofreciera mientras pudiera. Porque eso era esencialmente lo que estábamos haciendo. Nos usábamos el uno al otro.
|
Estoy muy jodido, Emilia. Lo sé. No te estoy pidiendo que me cures. Es lo que hay. Follaremos. Nos utilizaremos el uno al otro, hasta que alguno de los dos prefiera a otra persona.
|
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?