¡Odioso día en el que recibí la vida! ¡Maldito creador! ¿Por qué creaste a un monstruo tan horripilante, del cual incluso tú te apartaste asqueado?
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¡Odioso día en el que recibí la vida! ¡Maldito creador! ¿Por qué creaste a un monstruo tan horripilante, del cual incluso tú te apartaste asqueado?
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Nadie puede concebir la variedad de sentimientos que, en el primer entusiasmo por el éxito, me espoleaban como un huracán. La vida y la muerte me parecían fronteras imaginarias que yo rompería primero, con el fin de desparramar después un torrente de luz por nuestro tenebroso mundo.
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¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?