La isla de las mujeres del mar

-"cáete ocho veces y levántate nueve"-

Le puse una mano en la rodilla a Mi-ja y traté de adoptar un tono optimista.
—No debes preocuparte. Un coreano jamás le haría daño a otro coreano.

El mar es mejor que una madre. Puedes amar a tu madre y ella aún podría dejarte. Puedes amar u odiar el mar, pero siempre estará ahí. Siempre. El mar ha sido el centro de su vida. La ha nutrido y le ha robado, pero nunca se ha ido.

Toda mujer que entra en el mar lleva un ataúd a la espalda. En este mundo, el mundo submarino, llevamos a cuestas el peso de una vida difícil.

Para un árbol que tiene muchas ramas, incluso una pequeña brisa hará que algunas se suelten.

¿Cómo puedo ayudar a cambiar las cosas si me siento y no hago nada?

Entender todo es perdonar.

Toda mujer que entra en el mar lleva un ataúd a la espalda. No olvidéis que en el mundo submarino llevamos a cuestas el peso de nuestros problemas en la tierra. Todos los días bordeamos la línea que separa la vida de la muerte