La isla de las mujeres del mar de Lisa See
Le puse una mano en la rodilla a Mi-ja y traté de adoptar un tono optimista. —No debes preocuparte. Un coreano jamás le haría daño a otro coreano. |
La isla de las mujeres del mar de Lisa See
Le puse una mano en la rodilla a Mi-ja y traté de adoptar un tono optimista. —No debes preocuparte. Un coreano jamás le haría daño a otro coreano. |