Sangre joven

Desde el primer llanto de bienvenida a la vida, Simon Scarrow toma las riendas de dos extraordinarios personajes para novelarnos sus biografías.
Napoleón Bonaparte y Arthur Wellesley. (Aunque tenga un apellido parecido, este no sale en Harry Potter)

Esta elección del inicio de su tetralogía se me antoja fundamental, pues consigue que el lector deje atrás sus prejuicios y empatice de inmediato con ambos protagonistas.

Ya en su más tierna infancia ambos compartirán ciertos paralelismos en su caminar aunque con caracteres bien distintos.

El corso nació para ser soldado. Lo lleva en la sangre. Inquieto, valiente, insensato y algo tramposo, viste uniforme como si de una segunda piel se tratara.

Arthur es un inadaptado. No muestra interés por nada más allá de su viejo violín. Sus resultados académicos son un desastre y se entrega a una vida de apuestas y deudas.
Obviamente cambiará.

Sin embargo, nuestros futuros generales comparten el rechazo social por sus orígenes siendo víctimas de continuas burlas y vejaciones por sus compañeros de estudios.

La novela se centra en la vida de ambos y de todo lo que les sucede de foma directa y como influyen los acontecimientos en sus destinos.
Es decir: aunque se mencionan asuntos trascendentales como la toma de la bastilla o el derrocamiento del rey Luis XVI, no se profundidad demasiado en estos acontecimientos.
No hay guillotina, pero habrá batallas.

En esta primera entrega el autor describe como va subiendo la temperatura en las calles y se va gestando el descontento de un pueblo cansado y que deviene, irremediablemente, en la revolución francesa.

El fin abrupto de la monarquía gala, pondrá en alerta a Europa que no tardará en convertirse en enemigos de Francia por el temor de que estas ideas revolucionarias lleguen a sus países y rompan con sus ascentrales privilegios hereditarios.
La guerra está servida.

Con una prosa ágil, sencilla y fluida el autor te engancha desde el principio y las páginas vuelan. Ayuda bastante sus cortos capítulos y una narrativa que huye de tramas complejas y ciénagas políticas irrespirables.

Sangre joven es el despertar de dos grandes militares desde sus orígenes y sus primeros pañales sumamente entretenida y adictiva, ideal, además para aquellos que tengan poco o nulo conocimiento sobre la época, pues no pretende ser una tesis histórica sino una narración apasionante.

Tanto, que desde ya, me pongo con la segunda entrega.

Absolutamente recomendable.

Scarrow no podia ponerle mejor título al primer libro de esta tetralogía.

Nos cuenta la vida y pormenores de un Napoleon Bonaparte (Buona Parte) y un Arthur Wesley desde que nacen hasta sus casi treinta años.

En sus algo más de 700 páginas 😱 (tranquilos ☺ ) consigue sin darnos cuenta acercarnos a la vida familiar de aquel siglo XVIII a través de los padres y hermanos de sus dos protagonistas, convirtiéndo a esos estos dos grandes personajes de la Historia en lo que fueron mucho antes: unos mocosos, adolescentes y luego jovenes que tienen que aprender como cualquier mortal, quienes son y quienes quieren ser.

En este libro creces con ellos.

El autor a mi juicio logra que empaticemos con ambos porque no teniendo nada que ver el uno con el otro, los dos tienen que madurar y encontrar su lugar superando muchas dificultades, las propias de su epoca, posición y personalidad las cuales, le compro al autor.

Y de su mano, de la mano de ese crecimiento personal hasta convertirse en destacados oficiales, el libro nos habla de la anexion de Corcega a Francia, de los problemas de culto en Irlanda, del hambre, de la amistad, de la escuela militar, del estallido de la revolucion francesa... aderezado como no podia ser de otra manera, de varias batallas y tácticas militares, que si no es lo tuyo, las hace digeribles y te permiten disfrutar de la novela que para mí, es todo lo demás, aunque siendo justa, he de decir que he disfrutado de su forma de narrar y no me he perdido "demasiado" durante el desarrollo de las mismas. Bueno un poco sí, a veces, pero no es culpa suya.

Así mismo le reconozco a Simon Scarrow el detalle que ha tenido,(en el cine los directores no tienen estos detalles), de chivarnos las licencias "Históricas" que se ha tomado, que no tendría porqué pues la razón de ser de una novela es la ficción, pero se agradece pues a los que nos gusta leer novela histórica pero no somos unos eruditos, nos evita mezclar churras con merinas.