Cuando uno se marcha, se da cuenta de que hogar no es de donde vienes ni a donde vas. Llevamos la casa a cuestas, y a veces son tan empinadas y estrechas que la abandonamos a mitad del camino (29).
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Cuando uno se marcha, se da cuenta de que hogar no es de donde vienes ni a donde vas. Llevamos la casa a cuestas, y a veces son tan empinadas y estrechas que la abandonamos a mitad del camino (29).
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La paz no es la ausencia de ruidos, es escucharlos y convertirlos en silencio.
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A ti podría decirte que has de saber que ya ocupas mis ojos, que llevo tu risa incrustada en mis arterias, que no hay lugar en mi cuerpo en el que no quepa tu pena, que cuando no tengas un sitio al que volver pienses que tienes abiertos todos mis huecos.
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Cuando te atreviste a leerme yo ya estaba en otro libro.
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Y creo que te quiero de verdad: porque no te necesito y aun así no quiero que te vayas. |
Y si me hubiera vendido como el amor de tu vida, si te hubiera comprado como el amor de la mía. ¿Nos habríamos enamorado como quien se quiere a sí mismo queriendo a quién ama? |
«A través del deseo / de querer besarle los párpados, me di cuenta de que era uno de esos seres / que jamás / ni aun empeñando su empeño, / podrías llegar a conocer. Era una de esas maravillas / que te hacen querer ser humano.» |
Día doce sin ti: he conocido a alguien. Soy yo. Voy a darme una oportunidad |
Día diez sin ti. He dejado de huir porque me he dado cuenta de que soy la única que me sigue. Tu recuerdo tampoco: se ha quedado atrás. Creo que me acerco a la meta |
Soy igual de débil e igual de fuerte que una flor en medio de un campo en ruinas.
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Marinero en tierra