No es el libro que más me ha gustado de Gema Samaro, pero no deja de ser una historia preciosa y sin perder ese toque de humor que caracteriza a sus obras. La relación de Sandra y Raúl comenzó siendo niños y se reinicia en la actualidad, al comienzo de la historia. El resto lo vamos descubriendo a medida que vamos leyendo. Para Sandra siempre fue su héroe y su amor secreto, aunque su forma de demostrarlo indicase todo lo contrario. Sólo quien a conocía muy bien, supo adivinar la verdad. Los secundarios tienen un papel imprescindible y sus propias historias completan el libro. Merce la pena leerlo. |