Para los vanidosos, los demás hombres son admiradores.
|
Para los vanidosos, los demás hombres son admiradores.
|
—No se ve lo que es importante…
|
Cuando alguien nos ha domesticado, siempre corremos peligro de echarnos a llorar.
|
—En tu tierra —dijo el principito— los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín... Y no encuentran lo que buscan... —No lo encuentran —respondí. —Y, sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua. —Seguramente —respondí. Y el principito agregó: —Pero los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón. |
—Ya se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que los embellece es invisible.
|
—Lo que hace hermoso el desierto es que en alguna parte esconde un manantial.
|
—Solo los niños saben lo que buscan —dijo el principito—. Pierden tiempo por una muñeca de trapo y la muñeca se transforma en algo muy importante, y si se les quita la muñeca, lloran…
|
—He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. […] —El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
|
—Sois bellas, pero estáis vacías —les dijo todavía—. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces callarse. Puesto que ella es mi rosa.
|
—Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres.
|
¿Cuál es la profesión del narrador que encuentra el Principito en el desierto?