Me daba cuenta de que la despreocupación es el único sentimiento que puede inspirar nuestra vida sin darnos argumentos para defendernos. |
Me daba cuenta de que la despreocupación es el único sentimiento que puede inspirar nuestra vida sin darnos argumentos para defendernos. |
La ternura es un grato sentimiento que arrastra como la música militar.
|
No sueles pensar en el futuro, ¿verdad que no? Es el privilegio de la juventud.
|
Teníamos el sol y el mar, la risa y el amor. ¿Volveríamos a vivirlos alguna vez como en aquel verano, con aquel esplendor, aquella intensidad que les conferían el miedo y los demás remordimientos...?
|
Con el calor de la tarde, las casas parecen extrañamente profundas, silenciosas y recogidas en sus secretos.
|
La libertad de pensar, y de mal pensar y de pensar poco, la libertad de elegir yo misma mi vida, de elegirme a mí misma. No puedo decir 'de ser yo misma' puesto que no era más que un barro moldeable, pero sí la libertad de rechazar los moldes.
|
Humillada, destrozada por el rencor, sentimiento que despreciaba, que me hacía sentirme rídicula... sí, eso era lo que le echaba en cara a Anne, que me impedía quererme a mí misma.
|
A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza.
|
Divisé en el fondo del mar una preciosa concha, una piedra rosada y azul. Hundí el brazo para cogerla, la conservé, suavecita y pulida, en la mano hasta la hora de comer. Decidí que era un talismán, que no me separaría de ella en todo el verano. No sé por qué no la he perdido, yo, que lo pierdo todo. Hoy la tengo en la mano, rosada y tibia, y me entran ganas de llorar.
|
Teníamos todos los elementos de un drama: un seductor, una mujer galante y una mujer juiciosa.
|
¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?