Como sabéis, no suelo leer mucha literatura romántica, y las historias sobre el amor que más me atraen son las que nos hablan de él en términos de libertad, de exploración, las que nos cuentan la parte más cruda y real del amor, las que nos hablan de resignación, de dolor, de dependencia emocional, de ganancia o pérdida de autoestima. En “Una cierta sonrisa”, de Françoise Sagan, descubrimos a Dominique, una joven que cree dominarlo todo, que se siente dueña de sí misma, de su relación y de lo que le rodea, vital, natural y, por qué no decirlo, un tanto apática y con tendencia al aburrimiento. Una protagonista real y muy humana con la que viviremos un affaire a través del cual empezará a conocerse, a aprender lo que es amar y a dejarse llevar por sus sentimientos, muchas veces contradictorios, en un dilema constante entre lo que quiere y lo que se debe o no hacer. Una historia que nos habla sin tapujos sobre sexualidad y amor libre, que transmite toda la frescura, libertad y sed de vivir propias de la juventud en un ambiente parisino de lo más evocador y un estilo poético que me ha encantado. Aunque no he llegado a conectar del todo con la protagonista, quizá por su forma de ser, sí que he disfrutado mucho conociéndola, siendo testigo de sus experiencias y sus reflexiones, explorando sus sentimientos y descubriendo cuán vulnerables y maleables podemos llegar a ser a pesar de que creamos que nos estamos comiendo el mundo. Me ha encantado cómo mezcla ficción y realidad y cómo transmite cada situación y cada ambiente y me ha sorprendido mucho la vitalidad que desprende en cada párrafo a pesar de su lirismo y su aire poético, por lo que no será la última novela suya que lea. + Leer más |