La ridícula idea de no volver a verte

"Los raros, los diferentes, los monstruos. Que suele ser la gente que más me interesa. Por añadidura, con el tiempo he descubierto que la normalidad no existe"

Qué pena que olvidé que podía perderte. Si hubiera sido consciente, te habría querido no más, pero mejor. Te habría dicho muchas más veces que te amaba. Habría discutido menos por tonterías. Me habría reído más...

Yo digo que la recuperación no existe: no es posible volver a ser quien eras. Existe la reinvención, y no es mala cosa. Con suerte puede que consigas reinventarte mejor que antes. A fin de cuentas, ahora sabes más.

Porque se dice precisamente así: Fulano aún no se ha recuperado de la muerte de Mengana. Como si se tratara de una hepatitis (pero no te recuperas nunca, ése es el error: uno no se recupera, uno se reinventa).

Pero no te recuperas nunca, ese es el error: uno no se recupera, uno se reinventa.

Los libros nacen de un germen ínfimo, un huevecillo minúsculo, una frase una imagen, una intuición y crecen como zigotos, orgánicamente, célula a célula, diferenciándose en tejidos y estructuras cada vez más complejas, hasta llegar a convertirse en una criatura completa y a menudo inesperada.

La infancia nos forja y lo que somos hoy hunde sus raíces en el pasado.

Necesitaría una memoria de pintor o de escultor para tenerte siempre visible a mis ojos y que tu querida imagen no se borre jamás y me acompañe fielmente.

Fulano aún no se ha recuperado de la muerte de Mengana, pero no te recuperas nunca, ése es el error: uno no se recupera, uno se reinventa

La normalidad es un marco convencional que homogeniza a los humanos, como ovejas encerradas en un aprisco; pero, si miras desde lo suficientemente cerca, todos somos distintos. ¿Quién no se ha sentido monstruo alguna vez?