I started walking, heading nowhere in particular. Sometimes you just need to go through a door.
|
I started walking, heading nowhere in particular. Sometimes you just need to go through a door.
|
When someone won't let you in, eventually you stop knocking. Know what I mean?
|
He was, I suppose, my best friend, which is a less pathetic way of saying he was my only friend.
|
He had been through hell and had a right to his secrets. I felt ashamed for having been jealous of his life, considering the price he'd paid for it, and I tried to feel lucky for the safe and unextraordinary one that I had done nothing to deserve.
|
They were orphans of war, washed up on that little island in a tide of blood. What made them amazing wasn't that they had miraculous powers; that they had escaped the ghettos and gas chambers was miracle enough.
|
Arrastramos nuestras cosas por todo el pueblo, buscando algo llamado el Hogar del Sacerdote, donde mi padre había reservado una habitación. Imaginé que sería una vieja iglesia transformada en pensión; nada extravagante, sólo un lugar donde dormir cuando no estuviéramos observando pájaros o yendo tras pistas. Preguntamos el camino a algunas personas que nos encontramos, pero sólo obtuvimos miradas de perplejidad en respuesta. —Hablan inglés ¿no? —se preguntó mi padre en voz alta. |
—No cambies de tema. Lo que importa ahora es tu terapia. No estoy seguro de que pasar todo el día en esa vieja casa sea lo que el doctor Golan tenía en mente cuando dio luz verde a este viaje. —Vaya, creo que has batido el récord —dije. —¿Qué? —El récord de tiempo sin mencionar a mi psiquiatra. —Fingí mirar un reloj de pulsera inexistente—. Cuatro días, cinco horas y veintiséis minutos. —Suspiré.— Estuvo bien mientras duró. —Ese hombre ha sido de gran ayuda para ti —insistió—. Sólo Dios sabe en qué estado estarías ahora si no le hubiésemos encontrado. |
—No cambies de tema. Lo que importa ahora es tu terapia. No estoy seguro de que pasar todo el día en esa vieja casa sea lo que el doctor Golan tenía en mente cuando dio luz verde a este viaje. —Vaya, creo que has batido el récord —dije. —¿Qué? —El récord de tiempo sin mencionar a mi psiquiatra. —Fingí mirar un reloj de pulsera inexistente—. Cuatro días, cinco horas y veintiséis minutos. —Suspiré.— Estuvo bien mientras duró. —Ese hombre ha sido de gran ayuda para ti —insistió—. Sólo Dios sabe en qué estado estarías ahora si no le hubiésemos encontrado. |
Arrastramos nuestras cosas por todo el pueblo, buscando algo llamado el Hogar del Sacerdote, donde mi padre había reservado una habitación. Imaginé que sería una vieja iglesia transformada en pensión; nada extravagante, sólo un lugar donde dormir cuando no estuviéramos observando pájaros o yendo tras pistas. Preguntamos el camino a algunas personas que nos encontramos, pero sólo obtuvimos miradas de perplejidad en respuesta. —Hablan inglés ¿no? —se preguntó mi padre en voz alta. |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?