Sigue mi voz

Vamos a adentrarnos en la historia con un encontronazo fortuito entre Lucía y Adrián, que no significará lo mismo para los dos. Él se ilusiona con ese reencuentro mientras que a ella se la llevan los demonios. Adrián se ha convertido en una estrella de la música junto con Ricci y Mingo, ella ha ido sobreviviendo con golpes por aquí y por allá. Un trabajo de la facultad llevará a Lucía a convivir una semana con el grupo y veremos que tal llevan esa convivencia. ¿Serán capaces de hablar del pasado? ¿Qué pasó entonces?

Es la segunda historia que leo de Eleanor y me ha gustado mucho y me ha parecido muy original. Me encantan las historias que de alguna manera implican “música” y esta.. desde luego no ha sido menos. Adrián es puro amor, todo lo que ha hecho y sigue haciendo, uff… y ella al no haberlo tenido fácil tiene una coraza recubierta por muchas capas. Poco a poco ira quitando esas capas y veremos su brutal evolución.

Los secundarios se han comido la historia, Ricci y Mingo son algo más. Ricci tan inocentón él y Mingo tan seco… pero ahí están para Adrián, aguantando carros y carretas. Eso si… a alguno como Strum (tos tos) le habría dado un buen escarmiento, porque desde luego que se lo merece. Me gustaría seguir sabiendo algo más de estos personajes porque creo que se merecen su propia historia.

Le tengo que sacar un pero, y en esta ocasión no es en cuanto a la historia, sino en cuanto a la edición, porque estéticamente es bastante fea y a la hora de leerlo, bastante incómodo, pero como os decía la historia merece la pena.