Sugieres que me dé un respiro y me detenga a fijarme en los detalles hermosos que ofrece la vida, ¿no?... Me temo que no será posible. Pararte a observar significa dar inevitablemente con los aspectos oscuros de la realidad.
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Sugieres que me dé un respiro y me detenga a fijarme en los detalles hermosos que ofrece la vida, ¿no?... Me temo que no será posible. Pararte a observar significa dar inevitablemente con los aspectos oscuros de la realidad.
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No era bello... Pero qué hermoso era, a su vez. A su modo, natural. El cielo estaba en su mirada, el sol reflejado en su piel, el carbón y la tierra enquistadas en cada punto que formaba su barba, las ondas del mar en el cabello. Era la perfección de la Tierra en un hombre
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-Es que una esposa es un trofeo, Doyle; al menos en el mundo real, y no en esa realidad idílica en la que vives con la mujer que elegiste por amor - respondió bravamente-. No vas a hacerme sentir mal por comprarme una solo porque tuvieras la esperanza de que me uniese al club de soñadores junto a Blaydes. Esto es lo que hace todo el mundo.
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Eres el diablo, Sebastian, y no me puedo hacer una ligera idea de lo que necesitarías para recuperar el corazón. Sea lo que sea, es obvio que mi hermana no lo tiene, y no lo es, porque ni siquiera ha captado tu interés, por mucho que intentes fingirlo... Y dudo que llegue a contar con él alguna vez. Por lo tanto, dime qué haya en tu retorcida cabeza -ordenó-. Podría sacar conclusiones yo misma, pero me temo que nuestra 'amistad' quedaría resentid después de exponer todas las locuras que te veo capaz de hacer. ¿Por qué quieres casarte con ella?
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-No, Talbot. Bajo ningún concepto voy a permitir que te cases con mi hermana, y menos con esa hermana - especificó-. Ariadna es una persona extremadamente sensible y especial. Casarse contigo la convertiría en una desgraciada, y no pienso pasar por ahí, sin importar lo que propongas.
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-Yo tampoco pensé que mi esposa sería la mayor decepción de mi vida antes incluso de hablar con ella, pero no está en mis manos tejer los hilos del destino -espetó, negando con la cabeza
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