Sophia cerro los ojos. ¿Arreglar su matrimonio? ¿Como si fuera la red de un rota de un carruaje? ¿El volante roto de uno de sus vestidos? No, no lo creía posible. Podrían mitigar su rabia y amargura hablando, y tal vez aprender a aceptar los defectos del otro. Pero ¿arreglar su corazón? Mucho se temía que jamás podría recuperarse. Incluso allí, en ese preciso instante, el sabor de la tristeza hacía que se contuviera; la mantenía separada de él.
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