En un país bajo un régimen totalitario, en una fábrica que produce bombas, un hombre, para salvar una vida, realiza un acto de resistencia. Cuando el régimen quiere erradicar la cultura, este obrero va a sentirse en la obligación de transmitirla.
Este mundo imaginario nos recuerda los peores momentos de nuestra historia, de la Alemania nazi al Afganistán de los talibanes, pasando por la Rusia estaliniana.