El papel pintado amarillo

"ᴇʟʟᴀ ᴇs ᴜɴ ᴀᴍᴀ ᴅᴇ ᴄᴀsᴀ ᴇɴᴛᴜsɪᴀsᴛᴀ ǫᴜᴇ ɴᴏ ᴀsᴘɪʀᴀ ᴀ ɴɪɴɢᴜɴᴀ ᴘʀᴏғᴇsɪóɴ ᴍᴇᴊᴏʀ. ¡ᴅᴇ ᴠᴇʀᴅᴀᴅ ᴄʀᴇᴏ ǫᴜᴇ ᴘɪᴇɴsᴀ ǫᴜᴇ ᴇsᴄʀɪʙɪʀ ᴇs ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ʜᴀ ʜᴇᴄʜᴏ ᴇɴғᴇʀᴍᴀʀ!"

En este relato maravillosamente ilustrado escrito en 1892 y de apenas 50 páginas, Charlotte Perkins Gilman nos confronta con una realidad terrible sufrida por muchas mujeres en su época. La protagonista, que es escritora, acaba de mudarse a una casa de veraneo para recuperarse de una depresión nerviosa tras el parto de su hijo. Con un narrador en primera persona y en tiempo presente, consigue una inmersión total en la mente de esa mujer de la que no conocemos ni el nombre. Conocemos, sin embargo el de todos los secundarios, especialmente el de su marido, que es mencionado de forma recurrente, como en una llamada de atención constante.

No quiero contaros nada más porque es tan corto que os lo destriparía, pero me ha gustado especialmente la nota final de la autora en la que explica lo que la llevó a escribir esta historia, tan dura y a la vez tan necesaria.

"ᴊᴏʜɴ sᴇ ʙᴜʀʟᴀ ᴅᴇ ᴍí, ᴘᴏʀ sᴜᴘᴜᴇsᴛᴏ, ᴘᴇʀᴏ ᴇs ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴜɴᴀ ᴇsᴘᴇʀᴀ ᴇɴ ᴇʟ ᴍᴀᴛʀɪᴍᴏɴɪᴏ".

"ᴊᴏʜɴ ᴇs ᴍéᴅɪᴄᴏ ʏ ǫᴜɪᴢá, ǫᴜɪᴢá ᴇsᴀ sᴇᴀ ʟᴀ ʀᴀᴢóɴ ᴘᴏʀ ʟᴀ ǫᴜᴇ ɴᴏ ᴍᴇ ʀᴇᴄᴜᴘᴇʀᴏ ᴍás ʀáᴘɪᴅᴏ. ¡éʟ ɴᴏ ᴄʀᴇᴇ ǫᴜᴇ ᴇsᴛé ᴇɴғᴇʀᴍᴀ!ʏ ᴜɴᴀ, ¿ǫᴜé ᴘᴜᴇᴅᴇ ʜᴀᴄᴇʀ?sɪ ᴜɴ ᴍéᴅɪᴄᴏ ʀᴇᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏ, ǫᴜᴇ ᴇs sᴜ ᴇsᴘᴏsᴏ, ʟᴇ ᴀsᴇɢᴜʀᴀ ᴀ ᴀᴍɪɢᴏs ʏ ᴘᴀʀɪᴇɴᴛᴇs ǫᴜᴇ ᴇɴ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ ɴᴏ ʟᴇ ᴘᴀsᴀ ɴᴀᴅᴀ, ᴍᴀs ᴀʟʟá ᴅᴇ ᴜɴᴀ ᴘᴀsᴀᴊᴇʀᴀ ᴅᴇᴘʀᴇsɪóɴ ɴᴇʀᴠɪᴏsᴀ —ᴜɴᴀ ʟᴇᴠᴇ ᴛᴇɴᴅᴇɴᴄɪᴀ ʜɪsᴛéʀɪᴄᴀ—, ¿ǫᴜé ᴠᴀ ᴀ ʜᴀᴄᴇʀ ᴜɴᴀ?"

La edición de Alpha Decay incluye además del cuento que da título al libro, otros tres cuentos, un prólogo de Maggie O'Farrell que se lo podía haber ahorrado porque repite prácticamente lo mismo que ya dice la propia autora al final en un artículo, explicando las razones que le llevaron a escribirlo.

Los cuatro cuentos sorprenden por la prosa y temática tan actual, siendo una mujer que nació y vivió la mayor parte de su vida en el siglo XIX. Todos rezuman critica social ante la situación de la mujer. Son osados y directos, con una prosa clara sin florituras.

Sobresaliente es el primer cuento de El papel pintado amarillo, que es realmente inquietante y mediante el cual quiso denunciar el trato recibido por parte de un médico, al que cita con nombre y apellidos en el texto y que pone en entredicho las técnicas utilizadas para sanar a las mujeres que sufrían depresión postparto como el que fue su caso.

El resto de cuentos: Cuando fui bruja, Si yo fuera un hombre y Transformada son muy recomendables también, de temáticas y géneros diferentes pero vertebrados por las ideas feministas de su autora.

No sé cómo puntuar y valorar este relato, me he descuadrado mucho y me he quedado un poco loca. 

Si resumo el argumento lo cuento todo así que solo diré que va sobre la mente del ser humano.

Recomendadísimo, sí, porque se lee en un ratito y porque al menos a mí me ha dejado dando vueltas a la trama. 

Precisamente lo más inquietante de este relato es su aparente normalidad y sencillez. Su género me lo sacó de la manga igual que un mago y lo definiría como "gótico psicológico".
De un retiro al campo obligado por un problema nervioso (que actualmente se llamaría de otra forma) vamos profundizando en un abismo . Maternidad, matrimonio, apariencias, obligaciones, manipulación, supuesto amor, recomendaciones médicas equivocadas... Cuando una persona se siente prisionera, atada de pies y manos (con la prohibición incluso de escribir) es su mente la que empieza a "correr" frenética.
Lo podéis escuchar en menos de 40 minutos (o leer) en "Librototal" de forma gratuita. La versión de Elejandria está muy mal traducida, mejor la otra opción.

No exagero si digo que tenía este relato pendiente desde hace mucho, MUCHO tiempo. 

En «El papel pintado amarillo», una historia de apenas 40 páginas, observamos el proceso de enajenación de una mujer con una clara depresión postparto a la que se le “receta” un reposo tan absoluto que es más bien tortura. Ella y su marido, un reputado médico con tendencia a hacerle luz de gas, se trasladan a una casita de campo durante unas semanas. En la habitación en la que la protagonista queda aislada del mundo exterior como parte de este tratamiento, hay un horroroso papel amarillo con unas formas que se vuelven cada vez más extrañas.

«El papel pintado de amarillo» es un relato lleno de rabia. Escrito en primera persona y conformado de frases cortas y contundentes, muchas de ellas exclamativas para redondear un efecto de diario escrito a escondidas, nos encontramos ante una historia de terror que se vuelve cada vez más caótica y perturbadora. La autora confecciona un retrato psicológico atinadísimo, de estos que se meten hasta en las entrañas.

Este relato es una bofetada a mano abierta de su autora, Charlotte Perkins Gilman, hacia el medicucho que le recetó este tipo de reposo despiadado para “curar” su depresión posparto. Se le prohibió hasta escribir.

En una época en la que la palabra “histeria” estaba a la orden del día, Perkins Gilman decidió no dejar títere con cabeza y escribir esta crítica mordaz, basándose en esa experiencia, que fue importantísima (y escandalosa) para la época. de hecho, sirvió para que médicos y familias se replanteasen los peligros de estos tratamientos, tal y como explica la propia autora en un escrito incluido en esta edición. 

En fin, que me ha gustado muchísimo. Tenía miedo de que me decepcionase por las altas expectativas, pero no ha sido el caso. Y, al madurarlo, me ha gustado incluso más.

Es una pena que no pueda decir lo mismo para los otros tres relatos de la autora que se incluyen en esta edición. Si bien a nivel ensayístico y como protesta a favor de los derechos de las mujeres son interesantísimos, a nivel de relato me dejaron un poco meh (aunque he de decir que «Transformada» no me disgustó en absoluto y adoré el estudio que hace sobre los roles de poder y el apoyo entre mujeres). Esto no me pasó con «El papel pintado de amarillo», que tiene el equilibrio perfecto entre esos dos factores. 

Señalar también la MARAVILLOSA introducción escrita por Maggie O'Farrell, autora que queda pendiente desde ya.