A veces la vida era estática y engañosa, rutinaria. Y, de pronto, el mundo comenzaba a girar y lo hacía sin pauta, desencajado y salpicándolo todo de puñaladas.
|
A veces la vida era estática y engañosa, rutinaria. Y, de pronto, el mundo comenzaba a girar y lo hacía sin pauta, desencajado y salpicándolo todo de puñaladas.
|
Cuando todos los planes se desmoronan, cuando se termina el amor y comprendes que ya nada será igual comienzas un discreto viaje hacia el abismo. Es una caída imparable y silenciosa. No quieres que nadie te ayude a levantarte porque crees sentirte mejor en la oscuridad, como si solo pudieses estar a salvo en tu propia y rutinaria pesadilla
|
La felicidad nunca ha sido una amiga de la que uno pueda fiarse.
|
Pero la felicidad nunca ha sido una amiga de la que uno pueda fiarse.
|
Tener excusa no es lo mismo que tener justificación.
|
—Nunca hay poco que no llegue ni mucho que no se acabe —intervino Zubizarreta, con su tono sentencioso habitual—, y la codicia es mala consejera.
|
Algunos naufragios era mejor que se quedasen en el fondo del mar, dormidos, para que los marineros pudiesen seguir navegando. Con frecuencia, es lo que la marea esconde lo que da valor a cada nuevo latido, a la proeza de vivir.
|
A aquella mujer no la perseguía la mala suerte, sino que lo que le sucedía era que no esquivaba la vida. Asumía riesgos y tomaba decisiones, y las transitaba hasta el final. La admiraba por ello. Y porque no le parecía tan aburridamente predecible como el resto del planeta.
|
¿Cómo saberlo, cómo juzgar, si somos incapaces de adentrarnos en las verdades de cada corazón?
|
Le estaban dando algo de tiempo, pero aquel camino que había escogido era solitario e insólito, y temía que la joven terminase convirtiéndose en un envoltorio sin nada en su interior. Como uno de aquellos cuerpos de la mesa de autopsias
|
10 negritos