"Sobre sus cabezas, el viento juguetón hace caer pétalos de las flores de mimosa, que caen sobre el pelo de todos ellos, sobre las alas, sobre la crin, como si de amarillo confeti se tratara. Todos cantan. El rumor del suave viento que acompaña el correr de las páginas amortigua y absorbe las voces y las notas del órgano, que no llegan a alcanzar nuestros oídos. Solo ellos lo escuchan, y sus ecos quedan encerrados en las páginas de cada tomo de las enciclopedias custodiadas por su guardián: el señor Ámbar"