Conocí a Andrés en un concurso de poesía, hace ya unos cuatro años. Recuerdo que después de la entrega de premios fuimos todos a celebrarlo y en la calle, me dijo: “El año pasado vino un escritor famoso, pero como para este no tenían presupuesto, me han cogido a mí”. En ese momento supe que nunca iba a conocer a un escritor más grande que él. A día de hoy lo sigo admirando y después de haber leído cinco libros, relatos, artículos y escucharlo cantar, solo espero y deseo seguir emocionándome muchos años más gracias a su inmenso talento. «El agua del buitre» es su último libro de cuentos. Con ese estilo tan único y explosivo, es capaz de crear una moraleja, un mensaje, un final tremendo hablando de la mierda, del barro o de algo tan simple y cotidiano como un colchón. A mí me apasiona su manera de escribir, porque es conciso, directo, sabe lo que quiere plasmar y lo hace, ¡vaya que sí lo hace!, sin ningún tipo de pudor o remordimiento y, sobre todo, con unas metáforas que te atraviesan el cuerpo de arriba a abajo, o de abajo a arriba, como prefieras. Cada relato es especial a su manera, dejando al lector la posibilidad de identificarse, de reflexionar, de aprender, de recordar, incluso de sanar alguna que otra herida y, por supuesto, de sonreír (bueno y llorar mucho, la verdad 🙃). Trata temas muy buenos; la fugacidad de la vida, el amor (y sus ironías), la monotonía, el paso del tiempo, la cobardía, el abandono y la vida que, inevitablemente, se nos va escurriendo de entre las manos. Entre mis favoritos se encuentran: “La fosa séptica”, “La costumbre”, “Clemente”, “El hundimiento” y “Román Paladino”. Lo acabé el mismo día que me puse a leerlo y me llenó tanto el corazón que ahora necesito recomendarlo a los cuatro vientos, para que otras personas tengan la bendita oportunidad de emprender este viaje astral que es abrir un libro de Andrés Ortiz Tafur. + Leer más |