Fin de gira

Reconozco que Alina Not me conquistó con los libros de Bad Ash y que me daba miedo leerla con lo siguiente (en parte culpa de «Suelo sagrado»), pero decidí darle una oportunidad a este libro y… not bad. No sabía ni qué esperar porque no había leído ni la sinopsis. Y, al final, adentrarte en un libro así, sin saber nada, es de lo más interesante.

Igual que los temas: familia, fama, drogas, enfermedades… sí, tiene cosas durillas. Pero también habla de amistad, de perdonar, de avanzar… Está muy bien hecho cómo va entrelazando unas cosas con otras.

La prota me ha gustado. Creo que es una chica con las ideas claras pese a muchas cosas y sorprende. Aunque hay ciertos momentos de quered matarla. Y él… solo diré: hehehe.

Es un libro bien narrado, correcto, con toques de humor interesantes y, más aún, con ellos momentos de drama justos. Así que, sí os gustaron los anteriores, dadle una oportunidad.

Está claro que la autora sabe como contar historias que enganchen aunque este no vaya a ser uno de mis libros favoritos suyos.

No he terminado de entrar en la historia, a ratos se me hacía algo repetitivo y lento y los giros que tiene la trama me los he visto venir desde mucho antes, por lo que sorpresas cero. No sé si es que la autora quiere ser muy obvia a conciencia a veces, que puede ser, o que mi intuición es tremenda, pero lo de Peter lo veía venir desde el principio y lo de Chase más de lo mismo.

Dicho esto, sí, la narrativa es fluida, sencilla, sin florituras innecesarias y engancha. Los muchos personajes secundarios aportan vidilla y desengrasan la trama principal y los protagonistas tienen fuerza aunque me ha faltado algo más de química entre ellos.

Iba buscando una lectura ligera y fresca y huyendo de dramas y me he encontrado un dramón tremendo, así que eso me pesa también.

Si buscáis una historia de instituto muy juvenil y con mucho drama es la vuestra. Si no, mejor pasad de largo.

No me esperaba para nada lo que me encontré entre estas páginas y ha sido un gran zarandeo para que no me olvide de VIVIR.

Es un libro intenso y que deja huella.

Su principio es lento, poniéndote en situación, y poco a poco coge ritmo y no puedes parar de leer. Se vuelve tremendamente adictivo.

La narración es maravillosa y los capítulos largos no suponen ningún problema.

Me ha encantado que la parte romántica no quite nada de protagonismo al tema tan importante que atraviesa esta historia.

Trata las relaciones familiares, la amistad, el amor, la música, la resiliencia.

La música juega un papel importante.

Creo que la lección de este libro sobre VIVIR, así, en mayúsculas otra vez, es inmensa. A mí me ha removido y me ha hecho reconectar con ese "HAZLO" que llevo tatuado.

Narrado a una voz.
Zoe es increíble. Su fortaleza y su empatía te llegan dentro.
Chase... Lo he entendido TANTO... Y he disfrutado tanto viéndole despertar... Es tan necesaria la lección que nos da... al alma me ha llegado este personaje.
La relación de ambos es a fuego lentíísimo y es maravillosa.
Las familias de ambos son increíbles. Mención especial para Michelle y Max, el perro.
Sus amigos me han encantado.

El final es tremendo. "No me lo esperaba", así entre comillas, y al 95% paré de leer porque estaba en shock. La sexta carta y el epílogo...

Recomendadísimo, de verdad.

Tras la decepción por la actitud de su padre, Zoe y su madre acaban en el pueblo de la infancia de ésta, tratando de cerrar sus heridas. Allí, Zoe descubrirá la vida del instituto, la amistad y puede que el primer amor, o ¿más de uno?

La historia tiene 2 partes muy marcadas. En la primera, Zoe tiene que adaptarse al instituto y conoce a amigos y rivales, entre ellos Peter y Chase, ambos músicos. Con Peter la relación es intensa, con una fuerte conexión desde el principio. Con Chase todo son gruñidos, discusiones y un trato en torno a la música. Es una dinámica que hace que la lectura sea rápida y ligera, conociendo a la protagonista y a su entorno.

La segunda parte es dramática, dura, obligando a Zoe a aceptar una faceta de la vida nueva para ella, la desesperanza. La autora equilibra muy bien las descripciones de cómo lo viven los diferentes personajes sin caer en el histrionismo o el patetismo. Podemos comprender por qué se toman determinadas decisiones y acompañamos a Zoe en su camino a la madurez. Eso sí, con muchos pañuelos cerca porque es fácil que entre la llorera.

Reconozco que hay momentos hacia la mitad del libro que parecen estar en el limbo del tira y afloja, retrasando la lectura, pero la parte final lo compensa. Eso sí, puede no ser un libro para todo el mundo al tratar del duelo, la pérdida y la enfermedad.

Colibrí.

Esta historia es super mágica, desde la primera página. Tenemos a nuestra protagonista Zoe que se muda a un pueblo con su madre. Un pueblo donde la madre tiene amigas, pero Zoe deberá empezar a entablar relaciones por primera vez con adolescentes (por circunstancias del pasado, que sabréis si lo leéis, no pudo entablar relaciones en el pasado). Donde deberá confiar ciegamente en gente nueva, donde le fallarán, aprenderá, crecerá y conocerá el amor, pero también, vivirá el dolor. Nunca he llorado tanto con un libro pero si al mismo tiempo también es un libro lleno de esperanza y que nos enseña a seguir viviendo y a superar el dolor y a no desperdiciar todos los buenos momentos que la vida nos ofrece, una historia para recordar.