«[...] acudió a muchas más entrevistas de trabajo y en varias fue víctima de comentarios vulgares sobre su apariencia o su forma de vestir, de miradas depravadas hacia ciertas partes de su cuerpo y de contactos físicos innecesarios.»
|
«[...] acudió a muchas más entrevistas de trabajo y en varias fue víctima de comentarios vulgares sobre su apariencia o su forma de vestir, de miradas depravadas hacia ciertas partes de su cuerpo y de contactos físicos innecesarios.»
|
«Estáis en una reunión con un cliente, pero este cliente se os insinúa. Incluso entabla contacto físico, masajeándoos los hombros y tocándoos las piernas disimuladamente. Entendéis la situación, ¿verdad? ¿Cómo reaccionaríais?»
|
«[...] ese día Kim Ji-young recibió una fuerte regañina de su padre, que le recriminó que fuera a una academia que quedaba tan lejos, que hablara con cualquiera, que se pusiera faldas tan cortas... Que toda la vida le habían insistido en lo mismo. Que tuviera cuidado. Que se vistiera bien. Que se comportara como era debido. Que se preocupara por evitar caminos, horarios e individuos peligrosos. Que la culpa la tenía la persona que no había medido el riesgo ni había sabido evitarlo.»
|
Unas veces lo infravaloraban y acusaban a las amas de casa de quedarse en casa sin hacer nada productivo, y otras, en cambio, lo alababan y lo describían como un trabajo que salva vidas, si bien seguían siendo reacios a cuantificarlo en dinero para que nadie tuviera que pagar su precio
|
-- ¿Cuántas veces te lo tengo que decir? No es un trabajo para mujeres. Pero vuestra presencia en el club nos anima. -- Pero yo no estoy aquí para animarte ni a ti ni a nadie. Si necesitas fuerzas, que te receten una medicina o algo que te dé energía. |
-- ¿Cómo dices algo tan anticuado en una época como esta? Ji-young, no te portes bien. Atrévete a hacer cosas, ¡corre riesgos! ¿Me entiendes?
|
Moby Dick, Herman Melville