Te han dicho que temas al cuerpo, pero no es a él a quien debes temer, sino a las mentes de los hombres
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Te han dicho que temas al cuerpo, pero no es a él a quien debes temer, sino a las mentes de los hombres
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Quemo la última esperanza que me quedaba en el ser humano
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¿Pensáis que una mujer, por pertenecer a la aristocracia, puede elegir su destino? No, el mío estaba escrito nada más nacer. Condenada a envejecer en una cárcel de fe y contención.
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No es una mujer menos virtuosa por procurar placer a su cuerpo los placeres que algunos hombres queréis negarle. La virtud reside en el alma, no en la entrepierna.
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Dios era un espejismo al que los necios se agarraban para creerse a salvo de la muerte
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¿Quién escribió la saga?