Raquel es una profesora de lengua y literatura que se muda a Novariz a realizar una sustitución. Casualmente, su marido Germán procede de ese pueblo y está encantado con ello.
Raquel, ilusionada, acude con ganas el primer día, pero no empieza con buen pie cuando se entera de que va a sustituir a Viruca, una mujer que acaba de suicidarse, aunque las causas de la muerte de la joven profesora siguen siendo una incógnita. Desde ese mismo instante, Raquel siente que hay más. Y, por si fuera poco, tras una clase, recibe una nota amenazadora que cita: "¿Y tú, cuánto vas a tardar en morir?".
Raquel, mientras lidia con las decisiones de su marido y su relación con él, comenzará a obsesionarse con Viruca, con querer saber qué fue realmente lo que le pasó. Y, en el camino, irá descubriendo secretos que no deberían haber salido a la luz, además de enfrentarse a amenazas directas, en las que su estabilidad comienza a tambalearse. Ella esconde secretos, unos muy oscuros que podrían volver a poner en peligro su matrimonio. Pero está dispuesta a todo por parar ese acoso al que la están sometiendo y tomará cartas en el asunto, cometiendo algunos errores que podrían tener consecuencias catastróficas. Ella, pasando por un estado constante de nerviosismo, no cesará en su empeño de conocer la verdad. ¿Está realmente preparada para descubrir que ha estado pasando en Novariz?
¿Aguantará todo lo que se le viene encima?
El desorden que dejas esconde una historia adictiva, con una trama llena de giros argumentales. El autor trata temas de actualidad, como el acoso a través de la tecnología y nos retrata cómo el ser humano puede llegar a perder el raciocinio con tal de evitar que los secretos salgan a la luz y cómo el dinero es capaz de corrompernos.
Los personajes me han encantado, sobre todo Raquel y algunos de los adolescentes. Y todo está tan bien hilado que consigue despistarnos en todo momento, llevándonos a un final perfecto.