Desde hace bastante tiempo quería leer algo del género de terror, así que en cuanto tuve esta novela delante ni me lo pensé: tenía que leerla. A continuación os cuento lo que me ha parecido. La novela narra en un total de cinco capítulos una serie de sucesos que acontecieron en una antigua casa llamada Slade House. Cada nueve años, se producen extrañas desapariciones en la casa de callejón. Cada capítulo narra una historia diferente, pero al mismo tiempo conectada a la anterior. Poco a poco vas descubriendo el misterio del siniestro caserón y de las personas que lo habitan. Lo cierto es que esperaba una trama muy dinámica y un ritmo frenético, pero he de confesar que el resultado, al menos en mi caso, no ha sido para nada lo esperado. A pesar de contar con muy pocos capítulos, la historia transcurre lentamente y hay que detenerse varias veces durante la lectura para enterarse de lo que están contando los personajes. Por otro lado, esperaba encontrarme con una historia de terror con un estilo parecido a Drácula y no ha sido así. En algunos momentos he tenido una sensación desagradable al leer pero no era un sentimiento de terror. Con respecto a los personajes, el autor dota a la novela de un amplio abanico de secundarios y a veces es sencillo perderse entre tanto nombre. Por suerte, todo sucede de forma cronológica y las historias están bien ambientadas. Sin duda, el personaje que más he disfrutado ha sido el de Freya Timms, por su valentía y su carácter. En definitiva, una novela de misterio en la que el autor sabe jugar muy bien con el lector y nunca sabes lo que va a pasar. La recomiendo a todas las personas que disfruten de los sucesos paranormales y les guste más bien el suspense que el terror. Una novela entretenida, pero de la que esperaba más. + Leer más |