De lo que llevo leído de esta saga, esta tercera parte me ha parecido la más dura, en la que más se ve el efecto que los seres humanos provocamos a nuestro alrededor. Es todo un grito en defensa del Ártico, por todos aquellos animales que no tienen manera de defenderse de la invasión de las personas. Los dibujos me han parecido mucho más elaborados que en las entregas anteriores, porque los animales son mucho más expresivos, en especial los perros. Totalmente recomendable, yo pondría ejemplares de la trilogía (espero que siga y siga) en las puertas de todos aquellos que pueden cambiar las leyes en defensa del medio ambiente, pero que no lo hacen. |