La forastera

Esta novela de Olga Merino es la historia de una mujer que no tiene nada que perder porque ya lo ha perdido todo. Nos cuenta una historia dura y dramática y llena de secretos de una mujer que ha vuelto ha la tierra de sus antepasados en busca de calma, y encuentra con recuerdos propios y extraños áridos y tristes. Olga Merino utiliza una narrativa soberbia para narrar esta dramática y describir el ambiente hostil que la envuelve.

Hay algo antiguo en estas páginas. Tan antiguo como la tierra que se siembra, como los olivos y nogales centenarios. Hay algo tan antiguo como las aldeas que se van vaciando, como los rumores, chismes y secretos de los aldeanos. Tanto hay de antiguo que hasta el lenguaje suena a otros tiempos, a abuelos y bisabuelos labriegos, a señoritos petulantes y abusadores.

Sin palabras estoy ante esta novela en la que entré sin saber nada de ella y que, tras las primeras páginas, las doscientas siguientes han sido una adicción y un remolino de sensaciones y emociones alucinante. Vaya maravilla de prosa la de Olga Merino. Qué visual es todo. Qué fácil convertir en imágenes, olores, sensaciones las palabras que se leen.

De qué va podéis verlo en cualquier sinopsis o reseña que encontréis en la red o mismamente en IG, pero no seré yo quien os quite el privilegio del que yo he disfrutado: ir a ciegas para sorprenderme con el transcurso de los acontecimientos, con los descubrimientos que se van haciendo poquito a poquito.

Puedo deciros que es una historia donde la vida y la muerte se dan la mano, donde los secretos -por muy escondidos que estén- acaban saliendo a la luz, donde la comunión con la naturaleza y lo rural no está idealizada, pero sí que muestra la belleza de esa comunión cuando se da. Puedo contaros que es una historia triste (o más de una) que zarandea el cuerpo y el alma al leerla. También pondría deciros, sin destripar nada, que hay pasado y presente, magia, crítica social, intriga, amor y odio… hay errores, pero no regodeo ni sentimentalismos "baratos". Sobre todo, dejadme que os diga, lo que hay en estas páginas es un canto a la libertad, a la justicia, a la supervivencia y a la resistencia.

Haceos el favor: leed esta historia, no os vais a arrepentir.

Lo que llama primero la atención, cuando empiezas a leer a Olga Merino, es la riqueza y la belleza de su vocabulario. Utiliza palabras del pueblo, de una época, de un lugar...que dan fuerza y verdad a lo que cuenta. En esta ocasión, además, gracias a la experiencia de la protagonista como musa y amante de un pintor londinense, añade los matices de colores con los que alguien unido a la pintura ve el mundo.
Ángela descubre mezclas de colores en los atardeceres, en los campos, en las personas...a pesar de que le ha tocado vivir una realidad negra de luto. Está de vuelta de todo en la que fuese la casa familiar antes de que sus padres tuvieran que emigrar a la ciudad. El dueño de la casa grande, el patrón, se ha ahorcado en las lindes de sus tierras y a partir de ahí, ella empezará a conocer los secretos de su propia familia y de la aldea en general. Ha sido toda una experiencia su lectura.

Encuadrado dentro del género de narrativa de ficción, La forastera es un thriller rural con evocaciones a los western mediterráneos. La historia nos relata, en primera persona, el regreso de Ángela a su pueblo natal después de una larga estancia en el extranjero, la aparición de un ahorcado y toda la maraña de mentiras, investigaciones, descubrimientos y rabia que se entreteje entre sus páginas.

En esta novela, Merino de forma genuina, describe una forma de pensar, de sentir y de hacer de aquella España sumida en la doble moralidad del aparentar, de las mentiras (o verdades) a medias y de un pozo sin salida en el que se zambullían los habitantes de los pueblos, de las serranías y de las zonas más alejadas del cosmopolitismo más urbano y actual.

Lenguaje cuidado y exquisito, maravillosas descripciones que nos envuelven en imágenes en sumo fuertes y precisas y en la emoción del recuerdo.

Esta prosa nos habla de la desgracia y miseria humanas, de la tristeza y la nostalgia, la desolación, la rabia y la posterior resignación, la impotencia, la soledad, el abandono. Pero también de la libertad, de la supervivencia y superación, del amor a las pequeñas cosas.

Se mantiene el hilo y la tensión narrativa, con una estructura cuidada y sin encontrar incongruencias ni en el registro ni en el estilo.

Personajes muy interesantes y elaborados con gran recorrido interno (especialmente nuestra protagonista y el capataz).

Diálogos hábilmente urdidos, fluidos, ayudando, junto con los flashbacks, al avance de la historia.

La forastera realiza una crítica socio-económica y política de la situación de precariedad laboral y de estrato social que por desgracia sigue existiendo aún en muchos rincones de nuestro país y, en contraposición, las ansias de libertad y del resurgir, gracias a la narración de una historia dura, desafiante y controvertida.