Leer es resistir

Querido lectores les cuento que este es el primer libro que leo de este autor Colombiano y quedé gratamente sorprendida. Su escritura es audaz, impactante y te atrapa desde el primer párrafo que lees.

Mario Mendoza nos sumerge en las calles recorridas de la ciudad de Bogotá, nos permite leer a través de sus palabras los múltiples autores que han recorrido sus textos, enseñanzas y críticas. Cómo Edgar allan poe, Julio Verne, Corín Tellado y la mismísima Alejandra Pizarnik.

Nos deja acompañarlo en las múltiples vivencias que ha tenido como estudiante de pregrado, académico o periodista.
Teletransportandonos a susurros del pasado, hallazgos del presente y preguntas del futuro.

Es un libro escrito desde las tinieblas de la Pandemia del 2020, un libro donde denota quienes somos los locos, los cuerdos, los maníacos y los dementes. Permitiéndonos hacer una introspección de los demonios y de los ángeles que llevamos acuestas.

Sin duda el primer libro de Mario Mendoza que examinan mis ojos pero no el último.
Y como no, si mientras unos aman el realismo mágico de Gabriel García Márquez a mí me encanta el realismo degradado de Santiago Gamboa, Giovanna Rivero, Mónica Ojeda y ahora el de Mario Mendoza.

¿Ya lo leíste?

Un amigo barbero me recomendó este libro. Un barbero que lee mucho y que hace parte de un club de lectura que formé hace poco menos de 3 años. "Juan, estoy leyendo un libro de Mendoza que sé que le puede gustar mucho." El nombre de Mario Mendoza, aunque se menciona mucho a mi alrededor, nunca lo he tenido presente. Son de esos autores que sé que existen, que son leídos, pero que nunca he sentido una chispa de curiosidad que me haga inclinar hacia su obra. Y el amigo barbero insistía mientras me cortaba el cabello. "Ese libro apenas es para usted. Usted que está pasando por un momento duro como profesor. A Mendoza le pasó lo mismo. Desertó del sistema educativo."

Así fue cómo le pedí que me lo prestara. El viernes llegó con el libro al espacio donde se reune el club de lectura, la biblioteca municipal. Era una copia. No leo copias. Detesto la circulación ilegal de los libros, pero conozco la situación de mi amigo; que su sueldo de barbero de medio turno no le alcanza para mantener a su madre, a su sobrina y, además, para comprar libros originales. Acepté leerlo. La experiencias fue, en verdad, muy agradable.

Encontré a un Mendoza jovial, buen conversador, sencillo pero profundo. Un Mendoza dispuesto a relatarnos experiencias del borde, como él las nombra. Situaciones más allá de los parámetros racionales con los que juzgamos el mundo. de hecho, el título solo hace alusión directa al preámbulo. Los demás capítulos son un riegue de rasgos rotundamente autobiográficos relacionados, o no, con la literatura.

Mendoza surca hacia su memoria, hacia los eventos de su vida que lo han dejado atónito. La realidad tiene líneas de fuga que nos permite tantear lo insondable, ese Afuera inevitable del que nos habla autores como Blanchot, Foucault, entre otros. El arte es un portal hacia lo otro, es una de las tesis de Mendoza. A partir de ella, Mendoza se permite narrar acontecimientos, experiencias límites que lo hacen aferrarse más al arte, pues este es una de las potencias de eso que está más allá de las luz de la racionalidad.