Eduardo Mendoza sitúa a sus personajes nuevamente en el centro de una espiral de intriga al surrealista y paródico detective que protagonizara
El misterio de la cripta embrujada. Arrastrado por el azar más disparatado, en esta ocasión ha de enfrentarse a una desconocida red de maleantes que a toda costa trata de recuperar un maletín repleto de dinero y perdido en curiosas circunstancias.
Este ha sido el libro escogido por el grupo de lectura en el que voy a participar este año en la localidad en la que vivo y la verdad es que no me ha entusiasmado aunque me haya gustado.
A pesar de ser una segunda parte, se puede leer de manera independiente, de hecho yo no he leído
El misterio de la cripta embrujada y he podido seguir la trama sin ningún problema.
En este libro
Eduardo Mendoza continúa con su lenguaje tan caricaturesco, con unos personajes que rozan lo ridículo y que caracteriza su escritura. La verdad es que ya había leído dos libros del autor (
Sin noticias de Gurb y Las aventuras del tocador de señoras) y me habían gustado porque me habían entretenido pero este me ha dejado un poco ni fu ni fa.
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