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ISBN : 9588887321
Editorial: Luna Libros (31/12/2019)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 3 calificaciones)
Resumen:
Me crié en medio de libros. Cuando niño, el cuarto en el que dormía era una biblioteca, y a los doce años estuve en la inauguración de la Biblioteca Pública Piloto en Medellín. En la adolescencia me atrajeron la literatura y la filosofía y me fui a estudiar a Bogotá. Durante años pensé casi todos los días en el libro, la lectura, las bibliotecas, el papel del texto escolar en la educación, las transformaciones que traería la red digital, y escribí artículos, di conf... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (3) Añadir una crítica
IvanValenciaA
 19 June 2021
La alegría de leer, libro del historiador y profesor colombiano Jorge Orlando Melo, nos presenta una compilación de algunos de sus artículos y conferencias que vieron la luz entre 1993 y el 2008. Las conferencias y artículos están organizadas con un orden lógico que nos lleva desde una historia de la palabra, pasando por la reflexión sobre la alfabetización, los libros, las bibliotecas, la imprenta, las enciclopedias, hasta la discusión de todos estos temas en el marco de las transformaciones digitales que sucedían en la década del 2000.

En términos generales es un libro interesante que aporta bastantes datos sobre la historia colombiana en torno a las bibliotecas, los libros, la lectura y los procesos educativos en el país. Los textos dejan ver el cuidado, la calidad investigativa y la pasión con la que el profesor Melo aborda cada uno de los temas. En particular, y personalmente, los sentimientos que experimenté mientras leía el libro fueron bastante disímiles. Por un lado, encontré artículos y conferencias que me parecen obras maestras, algunas de las cuales mencionaré más adelante. Por otra parte, algunos de los escritos y algunos conceptos abordados me parecen bastante discutibles. Empezaré hablando de lo que me gustó, luego de lo que considero debe ser discutido, y finalmente concluiré este breve análisis.

El primer artículo llamado “La alegría de leer” nos cuenta de dónde proviene el nombre del libro. “La alegría de leer” fue una cartilla de lectura y escritura para escolares que se publicó en los años 30 del siglo pasado. Nos cuenta el autor que, si bien no fue el primer material que se publicó en esta época y con estas características, fue una cartilla bastante particular por su cuidada escritura y por encarnar en sí misma un método de enseñanza novedoso. Este artículo sirve como elemento que tiende las líneas entorno a las cuales se desarrollará el libro: la lectura y la escritura.

Entorno a la lectura y a la escritura se erige un complejo entramado de instituciones, políticas y condiciones que permitan su aprendizaje. Además, la escritura y la lectura tienen un núcleo común, la palabra. Precisamente será el punto de partida del autor, una historia de la palabra. En esta historia nos llevará hasta la antigüedad y nos mostrará con un sucinto pero dedicado análisis histórico, la manera en la que la palabra permitió la construcción de lo que llamamos “cultura” y como este suceso permitió que llegáramos a ser lo que somos como especie. El profesor Melo aprovecha este recorrido para mostrar la evolución y la importancia del libro, de la lectura, de la imprenta, del libro y las bibliotecas.

A propósito de las bibliotecas, el segundo artículo del libro “Trece reglas para tener una mala biblioteca” es, a mi parecer, el mejor escrito del libro. Una genialidad. En este texto el profesor Melo, en tono irónico, da las pautas para lograr que nadie quiera ir a una biblioteca. Lo curioso es que, al revisar punto por punto, quienes hemos sido continuos visitantes de bibliotecas públicas en Colombia, notamos que estas reglas son una exacta descripción de la realidad. No es preciso generalizar, en Colombia tenemos algunas bibliotecas que no cumplen estas reglas, pero son muchas las que sí lo hacen. Una muestra podría ser un proyecto reciente en la ciudad de Manizales, el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona de la Universidad de Caldas. Una exuberante construcción, con una arquitectura muy poco funcional, con un área enorme para libros, con sobre costos de construcción impresionantes, pero que no dedicó presupuesto a comprar libros, suficientes equipos o adecuar áreas verdaderamente funcionales y novedosas para los lectores que asisten a este lugar. de hecho, los libros que allí hay, son los que llevaron de la antigua sede de la biblioteca central de la Universidad de Caldas, una colección poco más que pobre, antigua y desactualizada. Las reglas del profesor Melo siguen viéndose en la realidad a pesar de haberlas escrito hace casi 20 años.

Más adelante, en otros artículos y conferencias, el profesor Melo, como buen maestro, analiza el papel de los maestros en los procesos educativos y su responsabilidad frente a las malas o pobres prácticas pedagógicas frente a la escritura y a la lectura. Teóricamente analiza un par de textos de Montaigne que luego relaciona con la realidad colombiana. Verdaderamente es un análisis que vale la pena leer con detenimiento. Hubiese sido genial que el profesor Melo desarrollara la discusión en torno a la formación de los docentes en Colombia, un tema polémico y sobre el que hay mucho que decir.

Transitando por estos temas, poco a poco, el autor va tendiendo los hilos con la realidad objetiva de los 2000. La masificación de los computadores para la educación en el país (o su intento), las oportunidades y problemas que esto trae, son tomadas, expuestas y discutidas con sumo cuidado. Siempre es interesante escuchar al gestor cultural que también es Jorge Orlando Melo hablando de la manera en que se han modernizado las bibliotecas del país, cómo se ha intentado conjugar la tecnología con el libro, los costos y discusiones que generan estos intentos.

Hablando de las bibliotecas se llega al tema de la ciudadanía. Este es el punto donde mayor discordia he experimentado frente al texto. Antes de este punto el profesor Melo habla del concepto de identidad y lo problemático que resulta, concluye en su artículo que lo ideal sería dejar el uso y el abuso de este término. Retomo estas palabras para cuestionar su concepción del ciudadano. La actual concepción de ciudadano nos viene de la revolución francesa y de la construcción del estado nación. Claramente se ha transformado en estos siglos, pero conserva su carácter excluyente, eurocentrista, racista, misógino y machista. En la Francia revolucionaria el ciudadano solo era un hombre blanco, mayor de 25 años, con propiedades. El ciudadano no nace, se hace, o mejor llega a ser si tiene las condiciones adecuadas. Ahora somos ciudadanos “todos”, o eso se supone, aunque en la práctica la exclusión se mantiene y parece que unos son más ciudadanos que otros frente al Estado. Estoy de acuerdo en que las bibliotecas, los libros, la educación, son importantes para lograr que los integrantes de la sociedad superen cada vez más la desigualdad y sus propios prejuicios. Me parece peligrosa la última afirmación del libro, parafraseando se dice que si los planes actuales para las bibliotecas, no se llegará a construir una nación de ciudadanos. Dejar el uso y el abuso de este término sería mi respuesta. La igualdad no puede estar dada por llegar a ser o no lo que se supone deber ser una persona para ser considerada un ciudadano. La igualdad debe ser total e irrestricta para todos los seres humanos, no pueden permitirse categorizaciones.

En todo caso, el libro del profesor Jorge Orlando Melo es una lectura que recomiendo, pero también recomiendo que sea una lectura cuidada, crítica. El libro nos ofrece conocimientos y reflexiones bastante valiosas, pero entre sus líneas también se cuelan algunos prejuicios que no pueden ser aceptados.

Finalmente agradezco a Masa Crítica, a Babelio y a la editorial Luna Libros por permitirme participar en esta convocatoria. Resalto el trabajo de Luna Libros por rescatar a los pensadores colombianos y por el trabajo que hacen con los libros cuya producción se nota cuidada y el resultado es muy bello.
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Homolectus
 24 May 2021
Lo primero que van a notar de este libro es que es un libro chiquito, pero no se dejen engañar por el tamaño de su presentación, pues es una cajita de sorpresas por completo.

En este libro están compilados los ensayos y conferencias que el profesor Melo ha dado y escrito a lo largo de su carrera en el mundo de los libros. Ellos giran en torno al papel de la lectura en la sociedad, ¿Cómo es Colombia en términos de lectura?, la historia de las bibliotecas en Colombia, la lectura y las pantallas y toda una serie de subtemas ligados a los que menciono. Todos ellos vienen acompañados de datos históricos muy valiosos y con una serie de notas al pie muy pertinentes y que expanden la bibliografía que se encuentra al final del libro, ya de por sí bien nutrida y muy pertinentes.

No creo que haya alguien más idóneo para hablar del tema acá en Colombia que el profesor Melo, él ha estado involucrado en el mundo de los libros y las bibliotecas una gran parte de su vida, pues como el mismo dice “se crió entre libros”. Esto no quiere decir que su visión sea la única, la verdadera y que los datos y apreciaciones que da deban ser tomadas como la última palabra; lo que quiero dejar claro con esto es el hecho de que las apreciaciones del profesor Melo deben de ser escuchadas con especial atención, pues las hace desde la práctica, el entorno y la historia.

Es un libro necesario para todos los involucrados en el entorno del libro: libreros, editores, escritores, bibliotecarios, lectores de a pie, padres de familia y profesores Es así porque ofrece una panorámica muy interesante sobre la dinámica de la lectura en el país y da muy buenos indicios de lo que se debe y no se debe hacer en muchos ámbitos para dejar de obtener los mismos resultados siempre: muy prometedores en los primeros años, pero que declinan estrepitosamente cuando se quiere darles un empuje adicional.

Del libro me quedo con un par de cosas que llamaron más mi atención —son muchas las cosas que tiene y que valen la pena repasar de vez en cuando, pero sin duda hay unas que lo marcan más a uno que otras— fueron: la manera en la que el profesor Melo a la hora de hablar de la llegada inevitable de las pantallas a las bibliotecas es capaz de exponer una serie de ventajas y desventajas de ambos formatos y cómo se podría implementar de una forma adecuada un entorno gráfico-interactivo con ayuda de las pantallas y los equipos de cómputo —posición que me tomó por sorpresa pues a priori pensé que iba a adoptar una posición más conservadora sobre el tema—. Junto a esto, el profesor Melo hace una caracterización bastante interesante y detallada sobre el papel principal de los diversos tipos de bibliotecas que pueden existir en nuestro país; pues así todas tengan libros, no tiene la misma finalidad la Biblioteca Nacional, ni la Biblioteca Pública, ni la Biblioteca Popular; y esto parece que lo ignoran muchos de los involucrados en el ámbito de las bibliotecas.

Mi mayor descubrimiento del libro fue el saber que —como la gran mayoría de ámbitos— la historia de la lectura en Colombia ha estado fuertemente ligada al poder político y al partido de turno en el poder. La relación del libro y Colombia a lo largo de todos estos años ha sido difícil y en la mayoría de los casos la apertura o el cierre a la democratización cultural ha respondido a los intereses políticos. Definitivamente a ellos no les interesa que el pueblo lea, sea crítico y tenga los argumentos y visiones necesarias más allá de las tres cuadras en las que vivimos.

Si leyeron Historia mínima de Colombia (Turner publicaciones, 2017) —hay una reedición del 2020 que dejó al libro remelo— y les gustó la forma en que el profesor Melo aborda la historia y el contexto que da del país, este libro es para ustedes y seguro lo van a disfrutar, pues de forma involuntaria resulta ser una historia de la lectura en Colombia.

Como dije al principio, el libro es pequeño, pero no se dejen engañar. Junto a esta característica —que me resulta un detalle de fina coquetería el hecho de que tanto detalle quepa en la palma de la mano— se van a encontrar con una edición bien cuidada, sobria, bella y bastante cómoda de leer. Todo lo que merece un libro con una temática tan bella y deslumbrante como lo son los libros y la lectura.

Quiero darle las gracias a Luna Libros que me enviaron el libro a cambio de una reseña en el marco de la actividad de Masa Crítica Colombia de este lugar. Gracias por creer que tenía algo que decir sobre su libro y que esto le podría interesar a más personas.
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penaconvirgulilla
 21 June 2021
¿Se imaginan una crianza entre libros? ¿Cómo podría ser? A mi parecer es un poco extraño y difícil de pensar dado que, como muchos colombianos, pertenezco a ese sector que no cuenta con modelos de lectura o influencia literaria en el hogar. ¿A qué edad llegué a los libros? Bueno, eso es harina de otro costal.

El profesor Jorge Orlando Melo viene de una gran familia de maestros y profesionales de la educación, se cría entre libros, duerme en una biblioteca y desde allí se comienza a trazar un horizonte cultural mediado por la literatura en el que logra desempeñarse y sobresalir al punto de alcanzar cargos significativos en diferentes Universidades del país. Tiene un gran recorrido que viene desde la cuna.

Sobre la Alegría de leer es un libro muy interesante y valioso en múltiples aspectos. En él se recopilan publicaciones que ha realizado a lo largo de su carrera y que a su vez se relacionan con las bibliotecas, la lectura, la relación entre la lectura y la vida cotidiana, la democracia y la política, el papel de las bibliotecas en la educación y las relaciones entre las bibliotecas y las redes.

El libro inicia con un recorrido histórico en los modelos pedagógicos de lectura que se han implementado en el país, entre los que sobresalen las propuestas de César Baquero en 1889, la cartilla de Charry en 1917 y finalmente La Alegría de leer, en 1930. Esta última sobresale por traer una propuesta novedosa, original y adaptable al ambiente de progreso que impregnaba los ideales del país, de hecho, fue aceptada tanto por Liberales como por Conservadores, los dos grandes polos de la época. ¿Por qué? Bueno, conservaba aspectos religiosos y al mismo tiempo promovía la tolerancia, igualdad, la moral y la legalidad. Así se acuña el término y la práctica de lo que es el Gobierno escolar y se trata de impulsar el enseñar todo a todos como señala Juan Amos Comenio.

El profesor nos cuenta cómo se configuró la lectura en el país, va a sus cimientos; comienza con los modelos establecidos y los intereses de un país que apenas se arrastraba con codos y rodillas a través de los senderos no transitados de la educación para todos, de aquella inducción a la lectura y escritura temprana.

Como mencionaba, es un libro muy interesante. Una de las razones es su labor investigativa y la experiencia del profesor Melo, ambas hacen que sobresalgan datos y cifras que corroboran una realidad que deviene de otras épocas no menos turbias. Por ejemplo, pocas personas tienen acceso a los libros, menos del 8 % de la población tiene en su casa más de 100 ejemplares y la mayoría tienen una recopilación de textos escolares. Las bibliotecas se caracterizan por ser débiles en Colombia, las públicas apenas hacen lo que se les pide por el Ministerio de cultura; horarios de cierre prolongados, sin bibliotecarios o programas de lectura. de hecho, hay un artículo donde, con un poco de ironía, menciona los pecados capitales en los que recae el sistema de bibliotecas cuando se encuentra bajo una mala administración (Trece reglas para tener una mala biblioteca).

Otra de las críticas que encontramos en el libro es lo que señala el profesor cuando menciona que se dota de insumos como tabletas a diferentes poblaciones, pero no se presta atención a los contenidos, el Estado les brinda el barco de navegación, pero no el mapa para explorar. También sugiere una adaptabilidad de los textos electrónicos que no sean simplemente la copia virtual de aquel libro físico, sino valerse de las ventajas de esta clase de textos y tecnología para lograr un acercamiento a la literatura.

Asimismo, resuena en mí otra de las joyas apuntadas en el libro: explicar de forma clara las cosas, así es como se demuestra el entendimiento, alejarnos de las palabras rebuscadas y del falso prestigio de las élites que no tienen más que rodeos con su pensamiento. Tal y como menciona el profesor: Lo que debe hacer un verdadero erudito es buscar la verdad en sí mismo, en los hechos y en la naturaleza y no en las definiciones de los filósofos y sabios.

Es un libro corto pero sustancial. Como estudiante de licenciatura en literatura y lengua castellana, recomiendo muchísimo su lectura y aprovechar al máximo la labor bibliográfica del autor quien trabaja sus planteamientos de manera fluida, dinámica, sin dejar caer en ningún momento el nivel de interés. Los pies de página o notas señaladas son de gran valor no solo para ampliar el tema y poder reflexionar en lo que se presenta, sino que también incitan a un cambio, a una labor educativa que debe asumirse permanente y juiciosamente para llevar a los sujetos a su emancipación.

Para terminar, destaco lo que para mí son una serie de provocaciones que le atañen a todo aquel que ejerce el oficio de educador:

1. Emplear las fuerzas necesarias para mejorar los mecanismos de aprendizaje de lectura.
2. Servir de guía para llegar a los buenos textos.
3. Hacer especial énfasis en la capacidad de escritura de los niños, no desde la copia sino desde su experiencia, deseos, motivaciones y aspiraciones.

Nuevamente, muchas gracias por permitirme llegar a este libro. Tanto al personal de esta maravillosa red social como a su editorial: Luna libros.


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Citas y frases (10) Ver más Añadir cita
IvanValenciaAIvanValenciaA19 June 2021
Por supuesto, puede uno caer en la tentación de reemplazar la vida por la lectura, de vivirlo todo, como don Quijote, con base en la interpretación del libro, de transformar la realidad para adecuarla al texto y de reemplazar las insuficiencias de la realidad con los libros de caballería. Pero el libro puede ser también, como dice Gabriel Zaid, ese instrumento que nos enseña a ver de forma diferente y más rica la realidad. Y es que las fuentes de deformación de la realidad están en todas partes, y quizás en ninguna más que en la falta de distancia que produce una inmersión brusca en el ajetreo del mundo, sin la mediación del texto.
Pág. 113.
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IvanValenciaAIvanValenciaA19 June 2021
La ciencia basa muchas de sus pretensiones en dejar de lado precisamente la riqueza y variedad del mundo, y por eso, más que recitar lo que enseñan los eruditos, lo que debe hacer el hombre verdaderamente sabio es aprender a observar la realidad, a buscar la verdad en sí mismo, en los hechos y en la naturaleza y no en las definiciones de los filósofos y los sabios.
Pág. 99.
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IvanValenciaAIvanValenciaA19 June 2021
La fuente del conocimiento debe ser la experiencia, el mundo, la vida. Los libros, por supuesto, son esenciales, porque nos ponen en contacto con hombres valiosos de otras épocas, pero no pueden reemplazar el contacto con la naturaleza, con los amigos, con los otros seres humanos: allí es donde aprendemos lo que es realmente importante.
Pág. 103.
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penaconvirgulillapenaconvirgulilla21 June 2021
La fuente del conocimiento debe ser la experiencia, el mundo, la vida. Los libros por supuesto, son esenciales, porque nos ponen en contacto con los hombres valiosos de otras épocas, pero no pueden reemplazar el contacto con la naturaleza, con los amigos, con los otros seres humanos: allí es donde aprendemos lo que es realmente importante.
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IvanValenciaAIvanValenciaA19 June 2021
[…] las formas actuales de la cultura se oponen en gran parte a la experiencia del libro y la lectura: la biblioteca infinita de textos del pasado se ha desvalorizado frente a la inmediatez repetitiva de la narrativa audiovisual.
Pág. 155.
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