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Crítica de penaconvirgulilla


penaconvirgulilla
21 June 2021
¿Se imaginan una crianza entre libros? ¿Cómo podría ser? A mi parecer es un poco extraño y difícil de pensar dado que, como muchos colombianos, pertenezco a ese sector que no cuenta con modelos de lectura o influencia literaria en el hogar. ¿A qué edad llegué a los libros? Bueno, eso es harina de otro costal.

El profesor Jorge Orlando Melo viene de una gran familia de maestros y profesionales de la educación, se cría entre libros, duerme en una biblioteca y desde allí se comienza a trazar un horizonte cultural mediado por la literatura en el que logra desempeñarse y sobresalir al punto de alcanzar cargos significativos en diferentes Universidades del país. Tiene un gran recorrido que viene desde la cuna.

Sobre la Alegría de leer es un libro muy interesante y valioso en múltiples aspectos. En él se recopilan publicaciones que ha realizado a lo largo de su carrera y que a su vez se relacionan con las bibliotecas, la lectura, la relación entre la lectura y la vida cotidiana, la democracia y la política, el papel de las bibliotecas en la educación y las relaciones entre las bibliotecas y las redes.

El libro inicia con un recorrido histórico en los modelos pedagógicos de lectura que se han implementado en el país, entre los que sobresalen las propuestas de César Baquero en 1889, la cartilla de Charry en 1917 y finalmente La Alegría de leer, en 1930. Esta última sobresale por traer una propuesta novedosa, original y adaptable al ambiente de progreso que impregnaba los ideales del país, de hecho, fue aceptada tanto por Liberales como por Conservadores, los dos grandes polos de la época. ¿Por qué? Bueno, conservaba aspectos religiosos y al mismo tiempo promovía la tolerancia, igualdad, la moral y la legalidad. Así se acuña el término y la práctica de lo que es el Gobierno escolar y se trata de impulsar el enseñar todo a todos como señala Juan Amos Comenio.

El profesor nos cuenta cómo se configuró la lectura en el país, va a sus cimientos; comienza con los modelos establecidos y los intereses de un país que apenas se arrastraba con codos y rodillas a través de los senderos no transitados de la educación para todos, de aquella inducción a la lectura y escritura temprana.

Como mencionaba, es un libro muy interesante. Una de las razones es su labor investigativa y la experiencia del profesor Melo, ambas hacen que sobresalgan datos y cifras que corroboran una realidad que deviene de otras épocas no menos turbias. Por ejemplo, pocas personas tienen acceso a los libros, menos del 8 % de la población tiene en su casa más de 100 ejemplares y la mayoría tienen una recopilación de textos escolares. Las bibliotecas se caracterizan por ser débiles en Colombia, las públicas apenas hacen lo que se les pide por el Ministerio de cultura; horarios de cierre prolongados, sin bibliotecarios o programas de lectura. de hecho, hay un artículo donde, con un poco de ironía, menciona los pecados capitales en los que recae el sistema de bibliotecas cuando se encuentra bajo una mala administración (Trece reglas para tener una mala biblioteca).

Otra de las críticas que encontramos en el libro es lo que señala el profesor cuando menciona que se dota de insumos como tabletas a diferentes poblaciones, pero no se presta atención a los contenidos, el Estado les brinda el barco de navegación, pero no el mapa para explorar. También sugiere una adaptabilidad de los textos electrónicos que no sean simplemente la copia virtual de aquel libro físico, sino valerse de las ventajas de esta clase de textos y tecnología para lograr un acercamiento a la literatura.

Asimismo, resuena en mí otra de las joyas apuntadas en el libro: explicar de forma clara las cosas, así es como se demuestra el entendimiento, alejarnos de las palabras rebuscadas y del falso prestigio de las élites que no tienen más que rodeos con su pensamiento. Tal y como menciona el profesor: Lo que debe hacer un verdadero erudito es buscar la verdad en sí mismo, en los hechos y en la naturaleza y no en las definiciones de los filósofos y sabios.

Es un libro corto pero sustancial. Como estudiante de licenciatura en literatura y lengua castellana, recomiendo muchísimo su lectura y aprovechar al máximo la labor bibliográfica del autor quien trabaja sus planteamientos de manera fluida, dinámica, sin dejar caer en ningún momento el nivel de interés. Los pies de página o notas señaladas son de gran valor no solo para ampliar el tema y poder reflexionar en lo que se presenta, sino que también incitan a un cambio, a una labor educativa que debe asumirse permanente y juiciosamente para llevar a los sujetos a su emancipación.

Para terminar, destaco lo que para mí son una serie de provocaciones que le atañen a todo aquel que ejerce el oficio de educador:

1. Emplear las fuerzas necesarias para mejorar los mecanismos de aprendizaje de lectura.
2. Servir de guía para llegar a los buenos textos.
3. Hacer especial énfasis en la capacidad de escritura de los niños, no desde la copia sino desde su experiencia, deseos, motivaciones y aspiraciones.

Nuevamente, muchas gracias por permitirme llegar a este libro. Tanto al personal de esta maravillosa red social como a su editorial: Luna libros.


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