El verano que lo derritió todo

Después de leer la maravillosa Betty no me pude resistir a esta nueva publicación de un libro que en realidad se publicó antes, tratándose entonces de su primera novela.

Una novela, esta vez de ficción y muy distinta, pero que transcurre en la misma localidad que Betty, Breathed, un pequeño pueblo de Ohio. Gótico sureño en estado puro. Aunque el estilo narrativo de Tiffany se reconoce desde la primera página.

Escrita en dos tiempos, seremos testimonios de los hechos transcurridos en el más que caluroso verano de 1984 y el presente relatado por el anciano protagonista en un futuro 2055. Fielding recordará aquel verano en el que con tan solo 13 años vivió unos acontecimientos que le marcaron para toda la vida.

La historia empieza cuando su padre, el fiscal Bliss, pone un anuncio invitando al diablo a su casa y el diablo aparece. Pero no es como esperaban, no tiene cuernos ni lleva tridente, simplemente se trata de un niño negro llamado Sal, harapiento, delgado y pícaro, acompañado, eso sí, por una ola de calor fuera de lo común que recuerda al infierno.

Varios acontecimientos sucedidos ese verano, bañados por la desgracia, provocarán en los habitantes del pueblo la búsqueda de un culpable. Así que llenos de odio, racismo y con gran fanatismo religioso encontrarán en Sal el motivo de ello. Su intolerancia no tendrá límites y mientras este niño no dejará de dar lecciones y repartir bondad a todos, su ceguera les llevará a perseguirlo sin descanso.

Nos adentraremos en una norteamérica profunda, regida por una sociedad ignorante, llena de prejuicios y creencias ancestrales. Una sociedad donde la violencia doméstica se normaliza, el racismo sigue anclado en sus mentes y en plena erupción del Sida, la homosexualidad es perseguida.

Para Fielding, Breathed era un paraíso que en un solo verano se convirtió en un infierno. Un verano en el que perdió la inocencia para iniciar una vida llena de amargura. Un verano que le rompió el corazón y el alma en mil pedazos imposibles de recomponer. Porque, ¿qué es el infierno sino el sufrimiento en vida? La culpa y el arrepentimiento se encargaran de torturarlo. Las palabras no dichas pesaran como el plomo y aprenderá que hay errores que no se pueden enmendar.

Una novela llena de sutiles detalles que cobran significado, repleta de simbolismo y grandes reflexiones. Guiños literarios y escenas preciosas al lado de otras terroríficas, desgarradoras y muy dolorosas. Y por más crudeza que representen, el lirismo que las acompaña en la sublime prosa de la autora las llena de gran belleza.

Crítica social sobre la violencia que es capaz de ejercer el hombre cuando actúa como rebaño, se deja llevar por el odio y permite que la mente y el corazón se nublen, dejando ver la parte más oscura del ser humano. El bien y el mal enfrentados en un duelo desgarrador.

De nuevo una novela de 10 que, aunque me quedo con Betty, pasa a ser una de las mejores lecturas del año y Tiffany McDaniel se convierte en una de mis escritoras favoritas a la que seguiré leyendo ❤ Brutal!

Érase una vez un libro escrito por Tiffany McDaniel (Ohio, 1985) que representa una poderosa incursión en el mundo literario. Su debut con esta novela en 2016 le valió el reconocimiento del Premio Not the Booker, otorgado por el influyente periódico The Guardian, así como el Ohioana Readers' Choice Award. Su segundo trabajo, "Betty", se convirtió rápidamente en un éxito internacional, aclamado por medios de renombre como The Guardian, Glamour, Goop, le Monde y la prestigiosa revista Lire. Además, ha cosechado una impresionante cantidad de premios en 2020 y 2021, incluyendo el Nautilus Gold Book Award, el Premio FNAC de Novela, el América a la Mejor Novela, el Premio de los Libreros de Quebec, el Society for Midland Authors Award, el Friends of American Writers de Chicago y el Ohioana Library Readers' Choice Award. La autora se ha erigido como una de las voces más destacadas de la literatura rural estadounidense contemporánea, abordando temáticas profundamente líricas, oscuras y siempre comprometidas con el feminismo, el ecologismo y la cultura indígena norteamericana.

Érase una vez un libro cuya trama transcurre durante el verano de 1984, en el hasta ese momento apacible pueblecito de Breathed, al sur de Ohio, cuando la vida de sus habitantes tomó un giro inesperado cuando el fiscal Autopsy Bliss decidió lanzar un anuncio desafiante en el periódico local: invitaba al mismísimo Diablo a su hogar. Sin embargo, el visitante que llegó no se ajustaba a las expectativas: en lugar de cuernos y tridente, se presentó como un niño negro de trece años llamado Sal, vestido de harapos y con una mirada traviesa. Acompañando a Sal, llegó también una ola de calor abrasadora que cubrió el pueblo como un manto infernal, desafiando las leyes de la naturaleza y avivando las llamas del infortunio. Mientras tanto, varios sucesos marcados por la desgracia sumieron a los lugareños en un estado de desesperación y confusión, desencadenando la búsqueda frenética de un chivo expiatorio. En medio de esta atmósfera cargada de odio, racismo y fanatismo religioso, Sal se convirtió en el blanco de las iras de los habitantes, quienes, cegados por la intolerancia, lo señalaron como responsable de todos sus males. Sin embargo, el joven Sal continuó ofreciendo lecciones de bondad y generosidad a quienes lo rodeaban, desafiando con su inocencia la oscuridad que amenazaba con consumir al pueblo. Y así, en un enfrentamiento entre la luz y la sombra, entre la compasión y el odio, los habitantes de Breathed se vieron arrastrados por una espiral de violencia y prejuicio, porque la verdadera naturaleza del Diablo no es otra que la ignorancia y el miedo que residen en el corazón humano.

Érase una vez un libro ambientado en un pequeño pueblo, Breathed, situado al sur del estado de Ohio. La autora crea una atmósfera envolvente que evoca la sensación de una comunidad rural tranquila y apacible, pero también cargada de secretos y tensiones subyacentes. A través de su prosa evocadora, nos sumergimos en los paisajes ondulantes del campo, donde el calor del verano parece fundirlo todo y el aire está cargado de una tensión palpable. Breathed es retratado con riqueza de detalles, desde sus casas antiguas y polvorientas hasta sus calles tranquilas y sin asfaltar y sus campos de cultivo interminables. La autora captura magistralmente la sensación de sofocación que trae consigo el calor abrasador del verano, así como la atmósfera opresiva de un pueblo donde todos parecen conocerse y los rumores se propagan con rapidez. Y es precisamente esa atmósfera la que se convierte en un personaje más de la historia, influyendo en las acciones y decisiones de sus habitantes y añadiendo una capa adicional de complejidad a la trama.

Érase una vez un libro que se caracteriza por una prosa poética y evocadora que nos cautiva desde las primeras páginas. La autora utiliza un lenguaje tan rico y descriptivo que crea imágenes muy intensas que nos transportan al sur de Ohio con una notable sensibilidad. Con una narrativa fluida y elegante, alterna momentos de introspección íntima con escenas cargadas de emoción y drama. Su habilidad para tejer metáforas y simbolismos en la trama añade profundidad y complejidad a la historia, invitándonos a reflexionar sobre temas muy profundos con una sensibilidad única. Por otro lado, al desarrollarse la novela en dos períodos temporales distintos: el candente verano de 1984 y el presente, situándonos en el año 2055, McDaniel utiliza un enfoque narrativo que combina la voz de un narrador omnisciente con la perspectiva de Fielding, que rememora las calamidades que ocurrieron el aquel verano de sus trece años y revive los sucesos que dejaron una huella indeleble en su vida, lo que nos permite obtener una visión más completa y matizada de la historia y sus protagonistas.

Érase una vez un libro en el que los personajes están meticulosamente construidos, con una profundidad psicológica y complejidad emocional tal que los sentimos cercanos y auténticos. Contribuye a su credibilidad el que sus acciones, diálogos y motivaciones están hábilmente delineadas. Fielding Bliss, el narrador de la historia, nos guía a través de los eventos desde la perspectiva de su niñez, mientras que Autopsy y Stella Bliss, sus padres, se enfrentan sus a propios desafíos personales y familiares. La llegada del enigmático Sal desencadena una serie de eventos extraordinarios, mientras que personajes como Elohim, un vecino bastante excéntrico de sesenta años que se dedica a arreglar los tejados y las chimeneas de los habitantes de Breathed o Dresden Delmar, una niñita de personalidad única, a la que le falta una pierna y de la que Sal se siente fascinado desde el momento en que la conoce y otros habitantes del pueblo contribuyen a crear una trama rica y compleja. Cada personaje tiene su propia historia, sus motivaciones y conflictos internos, lo que añade capas de profundidad y realismo a la historia. Estos elementos se entrelazan entre sí, tejiendo una compleja red de relaciones y eventos que enriquecen la experiencia de lectura y permiten una exploración más profunda de los temas tratados por la autora, entre los que se incluyen el racismo, la intolerancia, la discriminación, la religión, la comunidad, la amistad, la pérdida y la redención.

Érase una vez un libro que conocí gracias a la blogosfera, concretamente al leer una reseña fantástica de Nora Bennett, la administradora del blog En el rincón de una cantina, que podéis leer pinchando encima del nombre del blog. Y fijaros si era tal y como os digo que antes de poder ponerle un comentario me anticipé y compré el libro, porque sabía que sí o sí tenía que hacerme con un ejemplar y una vez que lo he leído, solo puedo agradecerle que me lo diese a conocer y que me reafirme en la idea de que más allá de los escaparates de las librerías, existe una legión de blogueros que te pueden descubrir auténticas joyas que posiblemente no verás entre las novedades, porque enseguida dejan de serlo.

En definitiva, érase una vez un libro que sobresale como un verdadero hito en la narrativa contemporánea, porque cautiva por su belleza y su profundidad. La autora da vida a personajes complejos mediante descripciones envolventes y diálogos auténticos, tejiendo un tapiz narrativo lleno de matices emocionales. Con una trama cautivadora y una prosa exquisita, la novela destaca por su capacidad para abordar temas difíciles con sensibilidad y empatía, explorando la gama más completa de las emociones humanas de manera conmovedora, razones más que suficientes para que sea una lectura imprescindible para aquellos que buscan una historia que inspire reflexión y conmueva el corazón.
Enlace: https://eraselibro.blogspot...

No tengo una pelota de béisbol para escribir en ella “Perdóname, Tiffany McDaniel”, así que escribo mis disculpas por aquí. Cuando me llegó el cofre literario de la librería ambulante y leí en la sinopsis que el diablo encarnado en Sal, un niño de trece años, visitaba un pueblo… dudé de ti, Tiffany McDaniel. Dudé de ti porque no me atrae lo paranormal, pero esta historia no es paranormal; tampoco es normal. Esta historia es absolutamente maravillosa.

Me ha pasado algo que define muy bien el emotivo-emocionante-doloroso viaje que ha supuesto para mí leer esta novela. Con mis dedos grandotes y con mucha paciencia estuve escribiendo en el teclado virtual del móvil: notas, frases y reflexiones de los personajes del libro mientras pensaba "qué BIEN escribe la autora", pero llegó un momento en el que ya no volví a escribir nada más en el móvil, porque no pude parar de leer hasta el final con el corazón roto y la convicción de que El verano que lo derritió todo también había derretido mis defensas para convertirse en una de mis novelas favoritas.

Perdóname, Tiffany McDaniel y gracias, T&J por el cofre de julio. Ha sido un gran lectura conjunta y un verano caluroso e inolvidable.

❤️🩹 G R A C I A S ❤️🩹.

Creo que me estoy haciendo una lectora cada vez más estacional; siento que leer una obra inmersa en el clima y la temperatura que se describe en lo que estoy leyendo hace que mi experiencia lectora sea aún más completa.

Haber leído “El verano que lo derritió todo”, de Tiffany McDaniel, en un verano que diariamente rondaba los 40ºC me ha hecho sentir intensamente el ambiente asfixiante que destila la novela, el ardor del asfalto, la humedad constante y la sensación de falta de oxígeno de los personajes, la poca energía, el embotamiento mental.

Una historia que me ha resultado envolvente, pegajosa, que me ha atrapado en su red y me ha ido devorando poco a poco como a una mosca perdida en una tela de araña. Una historia muy dura que a la vez es muy tierna, que te muestra hechos que te duelen en lo más profundo pero que, a la vez, en cierta manera, pretenden reconciliarte con la humanidad. Un relato intenso, bello, conmovedor, brillantemente escrito, original, ágil y profundamente reflexivo.

El bien y el mal, la culpa, el miedo, los prejuicios, la vergüenza, el racismo, la generosidad, la intolerancia… se mezclan en una trama que nos hace dudar de la bondad del “bueno” y de la maldad del “malo”. El bien y el mal como parte de cada uno de nosotros, el cielo y el infierno en nuestro propio ser.

Dios y el diablo, un pueblo y una familia. Una ola de calor. Una invitación. Un niño. El fin de todo. ¿Que no estoy diciendo casi nada de esta historia? Es posible. Pero también es posible que ya os lo haya dicho todo, pues este es uno de esos libros que hablan por sí solos, de esos libros maravillosos que son obra del más absoluto talento, de la creatividad, el buen gusto, la sensibilidad y el buen hacer.

Sí os puedo decir que es un libro que me ha parecido maravilloso desde su inicio hasta su final, y del que no se necesita saber mucho para lanzarse a él y amarlo. Un libro excelente, una historia impecable, una experiencia inmejorable.

No sé si este verano lo habrá derretido todo, pero sí ha solidificado en mi interior todo lo que he sentido leyendo esta historia, que ha sido mucho y muy intenso.

Cuando pensaba que Betty había sido insuperable, El verano que lo derritió vuelve para darme otro zarpazo al corazón con esta alegoría del bien y el mal actualizada a nuestros tiempos. Ambientada nuevamente en el Ohio que ya vio sufrir a Betty, nos sitúa en el pequeño pueblo de Breathed, donde Autopsy Bliss, fiscal local, convoca a través de una carta en prensa, a que el diablo haga su aparición si realmente es cierta su existencia. Salt, un pequeño niño negro, responde a la convocatoria reconociendo ser el demonio en persona y convirtiéndose en la chispa que hará saltar el polvorín de un pueblo que rezuma odio, intolerancia e incomprensión desde sus más hondas raíces.

El verano que lo derritió todo es una novela de sensaciones, donde los colores, los olores y la asfixiante sensación calórica toman la batuta para acompañarnos en una historia que toca temas sensibles como lo fueron el racismo de finales de siglo, la silenciosa epidemia de SIDA o la homofobia que imperaba en la América más tradicional de mediados de los 80.

Con constantes guiños a Matar a un ruiseñor, nos hallamos ante una novela de personajes, cuyo carácter introspectivo, marida perfectamente con una narrativa bella, lírica y sensorial. Junto a Salt metáfora del bien y el mal, nos encontraremos al propio Autopsy erigido en justicia, a Stelle la madre que teme a la lluvia y jamás sale de casa, a Fielding nuestro narrador en primera persona que se convierte en nuestros ojos y a Grant, el chivo expiatorio de una historia y de un pandemónium social que masca dolor desde sus primeras líneas.

Narrada en dos tiempos, un presente lleno de desazón y desesperanza desde el que un Fielding ya anciano hace un salto al pasado 1984, El verano que lo derritió todo no es una historia que nos vaya a sorprender con su final, sabemos perfectamente hacia dónde nos dirigimos, pero la tensión que lleva hacia ello se engrosa como bola de nieve de manera magistral. Una lectura maravillosa que os dejará huella y os hará dudar y replantear cada una de sus reflexiones. Inolvidable.