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El verano que lo derritió todo de Tiffany McDaniel
Mis rodillas saben que soy un hombre de oración. Los platos rotos, las botellas de cerveza vacías, el agujero en la pared del tamaño de mi puño, todo sabe que soy un hombre al que no han dado respuesta. ¿Por qué nadie me responde?
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Betty de Tiffany McDaniel
Las manos de mi padre eran de tierra. Las de mi madre, de lluvia. No me extraña que no pudiesen abrazarse sin hacer demasiado barro para dos. Y, sin embargo, con ese barro nos construyeron una casa que se convirtió en un hogar.
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Betty de Tiffany McDaniel
Creer en estrellas sin madurar y en águilas capaces de hacer cosas extraordinarias. En resumidas cuentas, deseábamos que la vida no se redujese a la realidad que nos rodeaba.
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El verano que lo derritió todo de Tiffany McDaniel
La melancolía es una mujer con costillas como clavos y mentiras como martillos. La mentira de mi madre era que nuestra casa podía ser suficiente. Que sus países podían evitar que sintiese que se estaba perdiendo cosas. Lo que una mujer confinada en casa teme no es el cuchillo del cajón de la cocina. Es que el exterior sea mejor.
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El verano que lo derritió todo de Tiffany McDaniel
Que breve es la pluma para el ángel que descubre el descontento.
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El verano que lo derritió todo de Tiffany McDaniel
La gente se pregunta por qué Dios permite el sufrimiento. ¿Por qué permite que un niño sea maltratado? ¿Que una mujer llore? ¿Que haya un holocausto? ¿Qué una buena perra muera de forma dolorosa? La verdad es que Él simplemente quiere ver con sus propios ojos lo que hacemos. Ha colocado la vela, ha puesto al diablo en la mecha y ahora quiere ver si la apagamos o dejamos que se queme. Dios es el principal espectador del sufrimiento
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El verano que lo derritió todo de Tiffany McDaniel
¿Por qué al oir la palabra diablo solo me imaginé un monstruo? ¿Por qué no vi un lago? ¿Una flor que crecía junto a ese lago? ¿Una mantis religiosa encima de una piedra? Es un error absurdo esperar a la bestia porque a veces, solo a veces, es la flor la que lleva ese nombre. |
Betty de Tiffany McDaniel
Los únicos números que Landon Carpenter tiene en la cabeza son los números de estrellas que había en el cielo los días que sus hijos nacieron. No sé tú, pero yo diría que un hombre que tiene en la cabeza los cielos llenos de estrellas de sus hijos es un hombre que se merece el amor de esos hijos. Sobre todo, de la hija con más estrellas.
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El verano que lo derritió todo de Tiffany McDaniel
Todo amor lleva al canibalismo. Ahora lo sé. Tarde o temprano nuestros corazones devoran, sino el objeto de nuestros afectos, a nosotros mismos. Los dientes son el milagro del corazón. Que una boca pueda salir de ese órgano sin garganta y desear la carne de otro, el corazón de otro, es poco menos que un milagro.
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¿Por qué decidió el Principito dejar su planeta?