Hay momentos que deberían ser eternos

La protagonista de esta historia es Eva, una mujer totalmente independiente y muy segura de su misma. Un día en el hospital, el sitio que menos le gusta del mundo, conoce a Marc, un cirujano que trabaja allí. A partir de conocerse, comienza su aventura.

Este libro me ha parecido más lento que los otros aunque sí me han gustado mucho los temas que trata en él, porque son cosas de la vida misma y que suceden, pero sobretodo como lo trata la autora.

Si tengo que decir que, a pesar de parecerme más lento, el lenguaje que usa es ameno y muy coloquial, lo que hace llegar mejor todo y con más cercanía al lector.

Con respecto a los personajes, sigue un poco la línea de los otros. Si veo mucho parecido entre las protagonistas, al menos, de los tres que he leído. Y el resto de ellos, cada uno sigue una línea lo que hace su intervención en la historia más divertida.

Estoy totalmente sorprendida con esta historia ya que no me esperaba en absoluto lo que iba a pasar.
No sólo nos encontramos con una historia de amor y ese toque picante que nos trae siempre Megan, sino que hay un chute de realidad que te pone la piel de gallina.
Es impresionante como un libro puede abrirte los ojos tan a lo grande, y demostrarte lo importante que es vivir el día a día, dejar la negatividad a un lado y disfrutar de cada instante.

El título es una gran referencia a la vida, hay momentos que deberían ser eternos, y no le falta razón.

Eva me ha parecido un personaje con mucho carácter, Marc por otro lado me ha transmitido tanta ternura que era imposible que no me gustase.

Eva es una chef que se ha labrado su futuro con mucho esfuerzo a pesar de pertenecer a una familia adinerada. Marc es un oncólogo prestigioso que vive el día a día. Ambos se conocen en una azotea y tras una noche muy especial, ambos forjarán un gran vínculo. Pero los obstáculos a veces son enormes y sólo unidos podrán intentar hacerles frente.

Es un libro lleno de sentimientos, muy especial, que habla de amor pero sobre todo de superaciones y de cómo ser optimista y aceptar la vida como viene, luchar por seguir adelante. Los personajes son increíbles, todos, tanto principales como secundarios, pero es que Marc te llega al corazón, te lo desgarra y estoy segura que os hará llorar esta historia. Es de esos libros emotivos que empieza siendo una lágrima y acaba en un río desbordado

Ay dios... Por donde empezar sin hacer ningún spoiler con esta historia...
Es una historia que nos va a hacer parar y pensar, por que la vida aunque pasa rápido debemos vivirla y disfrutarla y es lo que hacen sus personajes.

Esta vez, Megan deja atrás tanto erotismo para meternos en una historia preciosa de amor que aunque ellos lo tengan claro la vida no se lo va a poner fácil.

Que decir que la forma de ser de Eva es muy del estilo que conocemos a las protas de Megan, una mujer decidida, fuerte y con una personalidad arrolladora pero esta vez sin duda el que me ha enamorado por su forma de ver la vida a sido Marc, sin duda esa forma de ayudar a que Eva deje de vivir para trabajar me a encantado.

Ains y los secundarios? No se por cuál decidirme ya que todos se llevan un trocito de mí, menos una... Que esa me ha provocado urticaria😂😂 Los hermanos tanto los de ella como el de él, son unos personajes muy importantes en la historia ya que ellos también tienen sus momentos y veremos también lo que pasa en sus vidas.

Las últimas páginas son frenéticas y me han tenido en un sin vivir ya que hasta que no llegas al epílogo no sabes realmente como terminará la historia.

Así que está vez Megan me a dejado con resaca literaria ya que es una historia que al mismo tiempo que te hace reír, tiene momentos en los que me ha encogido el corazón. Una historia real, preciosa, emotiva y sobretodo romántica❤

Cuando tu lees un título como Hay momentos que deberían ser eternos, inmediatamente suben las expectativas, imposible no hacerlo; pero cuando aparte de eso, su autora es una de tus favoritas, yá la novela tiene que ser "LA NOVELA". Y hoy terminé ésta historia, e indudablemente recordé lo que era leer las novelas de Megan Maxwell, desde las carcajadas entrada la madrugada, hasta el llanto absoluto con bajón anímico y todo.

Lo que estoy diciendoles es que me enamoré de Marc Sarriá y Eva María García, pero sobretodo me enamoré de su fortaleza y tesón. Ojalá llegue a Colombia este libro porque es para tener en la biblioteca sí o sí.

Eva María García es una mujer de cuarenta y tres años, independiente, empoderada, inteligente y autónoma; una mujer que lleva las riendas de su vida y sobretodo una mujer que amaba profundamente a su familia... Exepto claro, la elitista de su hermana Teresa, alias la Tipitesa.
Es por eso que a pesar que odia y repele con todas sus fuerzas los hospitales, se encuentra acompañando a su hermano Adrián, que está ingresado por su último accidente en moto; es tal la angustia que éstos lugares le causan, que todo su cuerpo se carga de negatividad. En ésas está, cuando un guapo doctor se le acerca, pero ella es tan borde que después de un cruce de palabras, lo deja tirado en la azotea de la clínica, con tan mala suerte que también dejá atrás un precioso y antiguo pasador de la abuela, al cual le tiene mucho afecto.

Marc Sarriá más conocido como el Doctor Sarriá, es un encanto de hombre, una persona optimista, admirable y jovial; un hombre que aporta esperanza a cada uno de sus pacientes, un prestigioso oncólogo, que vela por la salud y bienestar de todos. Por lo que cuando se acerca a Eva en esa terraza, solo pretende infundir un poco de su positivismo en ella, y en cambio se lleva un buen palmo de narices, por el desastroso día que ha tenido ésta.

Un mal comienzo para un hermoso y profundo romance que nacerá entre resetas, adversidades, besos, canciones, conflictos, ilusiones y desdichas.

Primera novela que leo de Megan Maxwell y qué tortazo de realidad ante la vida. Me ha gustado mucho, aunque la historia es dura. Eva y Marc se conocen por casualidad y Marc es que es el hombre perfecto; positivo, alegre... en fin, que cuando Eva descubre de donde viene el carácter de Marc sólo podrá ser fuerte, muy fuerte. Las descripciones de los personajes son muy reales, tanto que emocionan y desde ahora los pingüinos tienen más importancia para mí.
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Para mi leer a Megan Maxwell es siempre un acierto y me reitero en ello tras leer este libro.
Nos encontramos con Eva, una mujer fuerte, independiente, entrada en los 40 que nos hace ver que la vida está para disfrutarla y a Marc, un hombre lleno de positividad y dispuesto a darlo todo por los que le importan.
Su historia es única, mágica, te hace recorrer rincones que ni siquiera sabías que necesitabas explorar, así como ver como, juntos, puedes superar aquellos obstáculos que se interponen en tu camino.
Sin duda, un libro 100% que me ha hecho reír, llorar y disfrutar cada segundo de sus entrañables personajes.
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Jamás pensé que un libro de este género podía aflorar tantos sentimientos en mí. Los que habéis leído mis reseñas sabréis que no soy fan de este tipo de libros, pero de vez en cuando, para salir un poquito de los asesinatos y persecuciones de asesinos en serie que me gustan, pues leo algo más “light”.

En esta ocasión fue recomendación de una amiga y, por ello, me decidí a leerlo. Os diré que nunca he llorado tanto con un libro, me metí de lleno en él y empaticé muchísimo con los protagonistas, tanto que acabé pasándolo realmente mal en algunos momentos.

A favor de la escritora diré que en este libro no se centra tanto en el sexo como en otras obras suyas y que se centra más en la relación de Eva y Marc, una historia preciosa de superación y de lucha.

La lectura ha sido muy fluida ya que sus capítulos son cortos, cosa que cada día me gusta más y agradezco muchísimo, cada vez se me hacen más pesados los libros que tienen capítulos interminables .

En cuanto a los personajes, desde el primer momento he conectado con los protagonistas, sobre todo con Marc, te enamorarás de él desde el primer minuto, ya verás. Por otro lado está Teresa, la hermana de Eva, con la que no pude empatizar en ningún momento, es un personaje frío y lleno de envidia que te hará sentir vergüenza ajena.

El mensaje más importante que me ha transmitido el libro es que hay que vivir el presente y olvidarnos de las tonterías, que hoy estamos aquí pero no sabemos qué pasará mañana.

A finales de junio se estrenó Hay momentos que deberían ser eternos, la nueva novela de Megan Maxwell que cada vez que pasaba por una librería me miraba con ojitos hasta que me acabé rindiendo a comprarla. Y hace unos días empecé a leer esta historia con muchas ganas y deseando ver con qué personajes me encontraría esta vez.

Y me encontré con Eva y Marc. La primera es una mujer de 42 años, empresaria de éxito y procedente de una familia adinerada, que ha renunciado al amor y solo disfruta de los rollos de una noche. Marc por su parte es un cirujano oncólogo, cargado de positivismo que roza los cuarenta y que al igual que Eva también ha renunciado al amor. Las casualidades del destino harán que se crucen, aunque no empiezan con muy buen pie.

Como siempre, Megan Maxwell nos presenta una historia llena de romance, erotismo, risas y alguna lagrimilla. Aunque esto último no suele ser tan habitual en sus historias. Esta novela presenta algunas novedades, como una menor presencia del erotismo a cambio de más escenas tristes y reflexivas.

Además, Hay momentos que deberían ser eternos es una novela llena de reivindicaciones, algo también bastante habitual en las últimas historias de Maxwell. La que más repite es la del body positive. Eva está lejos de ser una chica dentro de las medidas que la sociedad considera atractivas en una mujer, sin embargo, a lo largo de la historia habla de lo importante que es quererse y aceptarse tal y como uno es. Sus reivindicaciones no se limitan a esto, sino que también habla de la libertad sexual de la mujer para hacer lo que quiera, con quien quiera y cuando quiera.

No solo la trama principal entre Eva y Marc es interesante, sino que también lo son las secundarias. Por ejemplo, la línea de las peleas de Eva con su hermana pequeña, Teresa, me enganchó muchísimo desde el principio. Prácticamente desde el primer capítulo cuando se presenta el conflicto entre las dos hermanas ya estaba enganchada.

En definitiva, el libro presenta un cóctel de emociones ideal para las amantes del género romántico, en especial de esas novelas que te hacen reír y llorar al mismo tiempo.
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Hay momentos que deberían ser eternos, podrás disfrutar de esta historia divertida, llena de amor y con un tema que llegará a tu corazón, te hará sufrir y estaras en tensión hasta saber que va a pasar con esta pareja y su felicidad.
Este libro me ha echó recordar otro libro de la autora, el día que el cielo se caiga,