"Dios ha hecho al hombre a su imagen y semejanza pero el hombre también ha procedido así con él." Mi primera vez con Guy de Maupassant no ha podido ser más satisfactoria. El horla es un relato corto simbolista y poético sobre la locura, el miedo y la muerte, pero, sobre todo, la incertidumbre de la soledad. Volvemos a encontrarnos una narrativa catalogada de terror cuando no hay terror tal y como lo conocemos, todo es íntimo e introspectivo, cualidad que puede confundir y quizás decepcionar al lector casual. De Maupassant define el estado de conciencia alterado por la hipnosis y el terror frente a aquellos elementos inexplicables que generan sobre el cuerpo efectos incontrolables. Como resultado, una literaturización de su propia experiencia de alienación y alucinaciones frente a lo inexplicable. Y eso es terriblemente más enriquecedor que una historia de monstruos. París y los montes franceses se convierten en un personaje más, embaucadores, casi palpables. El horla es un cuento magnífico, una radiografía íntima y personal sobre la soledad y el terror que produce la conciencia, un miedo más allá del miedo. Un miedo universal y atemporal porque cuando estamos solos mucho tiempo, poblamos el vacío de fantasmas. + Leer más |