Maggie trató de abrir los ojos, pero el esfuerzo era demasiado grande. Le dolía mucho la cabeza. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Levantó la mano, pero la detuvo a poco centímetros del cuerpo, incapaz de seguir. Empujó instintivamente la barrera que tenía encima, pero no se movió ¿Qué era? Parecía suave, como de satén, y estaba fría. |