Mi madre me decía que esta casa hace que se te caigan los dientes y se te sequen las entrañas, pero mi madre se fue de aquí hace mucho y yo no me acuerdo de ella.
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Mi madre me decía que esta casa hace que se te caigan los dientes y se te sequen las entrañas, pero mi madre se fue de aquí hace mucho y yo no me acuerdo de ella.
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ᴛᴏᴅᴀs ʟᴀs ғᴀᴍɪʟɪᴀs ᴛɪᴇɴᴇɴ ᴀ sᴜs ᴍᴜᴇʀᴛᴏs ᴅᴇʙᴀᴊᴏ ᴅᴇ ʟᴀs ᴄᴀᴍᴀs, ᴇs sᴏʟᴏ ǫᴜᴇ ɴᴏsᴏᴛʀᴀs ᴠᴇᴍᴏs ᴀ ʟᴏs ɴᴜᴇsᴛʀᴏs, ᴇsᴏ ᴅᴇᴄíᴀ ᴍɪ ᴍᴀᴅʀᴇ.
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Te acompaño en el sentimiento, decían, como si esa gente tuviese alguno.
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Pero ni el dinero te libra de los hombres así, eso lo vi en aquella casa. Hasta las ricas tienen que andarse con ojo con los hombres porque a la que menos te lo esperas te cae un celoso y un violento que empieza con la cuchara rarrarrarrarra hasta que te cava la fosa.
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“Siempre he creído que volvió con él por eso, para no acabar como yo. Quizá pensó que por malo que fuese era mejor un hombre que ninguno, que así tenía una oportunidad de marcharse de aquí. A mí se me comía la rabia por dentro, no soportaba volver a verla con ese desgraciado que se había pasado días enteros delante de la casa vigilándola como un trastornado. A los hombres como esos hay que ponerles tierra de por medio antes de que ellos te la pongan por encima”.
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El comezón se le había agarrado a las tripas y no se le iba. Tuve miedo de que se le quedase dentro y se dejase morir […].
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Ahora a eso le dicen depresión pero aquí toda la vida ha sido morirse de pena.
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La vieja tiene razón cuando dice que en esta casa se nos come la rabia, pero no es porque nazcamos con algo torcido dentro. Se nos va torciendo luego, poco a poco, de apretar los dientes.
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Las tierras no se las quitamos, pero la cabeza se la bajamos.
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En una mano una espada y en la otra una balanza y eso a mí me gustaba porque me figuraba que quería decir que no hay justicia sin muerte ni muerte sin penitencia
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"Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo" ¿El personaje de qué libro está hablando?