Nosotras en cambio si teníamos mucha rabia. Nos corría por la sangre como una fiebre. No sé si la Carmen me lo pego a mí o yo a ella, a veces creo que fue ella porque llevaba allí más tiempo y era mayor, a veces creo que yo porque ya venía con la mala sangre de mi casa. Fuese como fuese, las dos alimentábamos el odio de la otra.
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