Quiere la leyenda cursi de la literatura que William Faulkner escribiera su novela "Mientras agonizo" en el plazo de seis semanas y en la más precaria de las situaciones, a saber: mientras trabajaba de noche en una mina, con los folios apoyados en una carretilla volcada y alumbrándose con la mortecina linterna de su propio casco polvoriento. ("William Faulkner a caballo")
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