Los enamoramientos

Creo que a Javier Marías se lo ama o se lo odia, y entiendo perfectamente ambas cosas, pero yo me decanto más por lo primero. No puedo evitar que su prosa me engulla, aunque le de cien vueltas a las cosas, aunque repita lo mismo una y otra vez, tiene en cada vuelta un matiz distinto y por ello me vale la pena leerlo.

Por ahí he leido que es una novela romántica, pero sinceramente a mi no me lo ha parecido, el principio trata sobre el duelo, sobre la ausencia, luego hay un giro en la historia y empieza a tener mas sentido el título, aún así sigue arrastrando el tema anterior y para el final se le une otro tema más, pero no digo más para no destripar el final.

PARA QUEN: Lectores que gusten de novelas reposadas, que dan para la reflexion, con personajes muy bien construidos.

LO PEOR: Llevo mal los autores que narran en primera persona y esta es del sexo opuesto, sobretodo cuando todo el libro rezuma "señor mayor de clase alta"...

LO MEJOR: Hay muy buenas reflexiones, mucho mas interesantes que las de Paolo Cohello

Hay que reconocer que la prosa de Javier Marías es apabullante. ¡Qué capacidad tiene este señor de plasmar pensamientos sobre un papel! ¡Qué palique literario!
Según la publicidad, "esta novela reflexiona sobre el estado de enamoramiento", "es también un libro sobre la impunidad y sobre la horrible fuerza de los hechos" y "también sobre la imposibilidad de saber nunca la verdad cabalmente". La grandeza y la magia de la literatura es que cada lector hace suya la obra, dándole un sentido único y totalmente personal. Así, mi lectura de la novela me lleva a otros terrenos: a la necesidad de dejar anclado el pasado en un momento determinado y dejarlo ahí, sin borrarlo pero lo suficientemente alejado como para que se convierta en un paisaje difuso que cada vez condicione menos nuestro presente. No se trata del olvido si no de la justa y suficiente lejanía para que deje de ser una amenaza.
El libro, lo reconozco, es enorme. Hay que reconocer a Javier Marías un lugar en el Olimpo de la literatura. Pero como también he comentado, cada lector hace diferente a cada obra y , sinceramente, en ocasiones me ha resultado un poco pesado por reiterativo. Reconocer el mérito que tiene escribir como lo hace Marías no me priva de admitir que en muchos momentos he estado deseando que se acabara el capítulo.
"- Que si Javier, que esto ya lo has dicho. Que ya lo he entendido. Vaaaa, avancemos un poco. ¿¡Otra vez con Chabert!?" Este es el resumen de lo que me ha pasado con este libro. Largas, larguísimas disquisiciones. Frases igual o más largas, con incontables comas. Tan largas que en más de una ocasión, al llegar al final, ya no sabía como había empezado la frase. ¿Tenia Javier Marías la tecla del punto rota en el ordenador? Vale, de acuerdo, no es una novela negra de frenético ritmo. Y entiendo que la trama está completamente supeditada a las reflexiones del narrador. No es más que una excusa para un propósito. Hay que leerla de forma pausada, sin prisas y sin el ansia que tenemos muchas veces de saber qué va a pasar. Yo no he sabido verlo a tiempo y por desgracia no he disfrutado de todo lo que me podía haber ofrecido este libro. Aunque el ritmo y sobre todo una primera parte lentísima no me lo ha puesto fácil.
Pero como siempre digo en estos casos, quizás lo que pase es que "no está hecha la miel para la boca del asno".

Hace días terminé Los enamoramientos, del recientemente fallecido Javier Marías, del que hasta ahora no había leído nada desgraciadamente.

La historia arranca, de manera inmejorable, con la protagonista observando a esa feliz pareja que lleva viendo en el bar donde desayuna desde hace años. La pareja perfecta para ella pero que pronto dejará de serlo, ¿o no?

Como digo, el inicio me dejó más que maravillado, tanto su escritura como el planteamiento de la novela me parecieron difícilmente mejorables, así que el enganche a la historia fue total desde su primera página (literal).

Una obra en la que la trama es la vida básicamente, reflexiones, conversaciones, pensamientos de los diferentes personajes (muy pocos) que componen esta novela, con temas como los enamoramientos, como bien deja ver el título, la amistad, la soledad, la obsesión... Con lo cual, si vais buscando una trama de esas que enganchan pues aquí no lo vais a encontrar, pero el libro ofrece mucho más que eso.

Bien es cierto, que hacia la mitad de la novela se "estanca" un poco y le da demasiadas vueltas a un mismo tema, y se aleja bastante de la parte de la novela que más me ha gustado, pero nada importante.

En definitiva, una novela que me ha gustado mucho, y un autor del que pronto leeré Corazón tan blanco porque me ha dejado con ganas de más.

8,5/10

El último tercio del libro me lo he leído más lentamente aún de lo que la lectura del libro en si requiere. Para disfrutar de la prosa de Marias, de sus reflexiones, de sus disertaciones. La historia no es creíble para mi en muchos aspectos, eso le quita puntos claro... Pero lo compensa la necesidad de esa historia para abarcar los temas que trata.
Hasta donde estamos dispuestos a llegar en el amor?
Se puede justificar de algún modo un crimen?
La duda... Oh que fácil es sembrar la duda y la inseguridad.
Los personajes me han encantado, todos y cada uno de ellos, por fríos, por apasionados, por idos y destruidos.
María Dolz encarna a muchas mujeres juntas, a las que creen en el amor, a las que no creen, a las decepcionadas, a las que miran cada día en secreto a esa persona. Pero la reacción al final de Maria, nos convence a todas las mujeres? Llega a ser tarde alguna vez para poner la verdad sobre la mesa? Que responsabilidad tenemos ante un delito? Que nos hace o no complices o responsables de algo?

Muchas preguntas responde Marias o lo intenta... O simplemente divaga de un extremo a otro buscando una posición nunca lo suficientemente cómoda. Apoyado en el coronel Chabert de Balzac o el Athos de los tres mosqueteros de Dumas Marias justifica a los personajes de su historia.

Me queda aún historia que asentar los próximos días. Pero desde ya, Marias es de esos escritores a los que hay que seguir leyendo.

Es un libro denso, lento y profundo, para leer con tranquilidad. No es una novela de hechos (ni siquiera sé si es verdaderamente una novela) si no de pensamientos, de largas reflexiones.

Su título induce a pensar que es un libro sobre el amor, y lo es, pero también lo es, incluso en mayor medida, sobre la muerte, la pérdida, el luto. La primera parte, centrada más en esto último, me ha cautivado. Puede que, al final, se acaben dando demasiadas vueltas a lo mismo y si le hubieran sobrado 50 páginas no pasaría nada, pero yo he disfrutado de cada frase, de cada vuelta a lo mismo, de cada insistencia...

Me gustaría citar alguna de sus largas frases enrevesadas, pero no sería capaz de elegir una. Si eres de los que les gusta subrayar los libros, mejor que lo olvides o lo rayarás entero.

Por cierto, que la portada sea una foto de un fotógrafo tan personal e irónico como Elliot Erwitt, me parece todo un acierto.