Para repetirlo: la regla es que si te dices a ti mismo que vas a escribir mañana, entonces no importa lo mala que sea la resaca o lo prometedora que sea una invitación repentina por la mañana para hacer algo más disfrutable, si te sometes a esta imposición, este decreto que te obliga a ser confiable, entonces, después de cierto período de tiempo, el inconsciente, cuidando sus desilusiones, puede empezar a confiar otra vez en ti.
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